Los 50 son los nuevos 30 (Marie-Francine)
La crisis del medio siglo Santiago Alonso ¿Una persona de cincuenta años como protagonista? ¿Y además mujer? Qué extraño teniendo en cuenta el hecho sin importancia de que hay muchísima […]
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La crisis del medio siglo Santiago Alonso ¿Una persona de cincuenta años como protagonista? ¿Y además mujer? Qué extraño teniendo en cuenta el hecho sin importancia de que hay muchísima […]
¿Una persona de cincuenta años como protagonista? ¿Y además mujer? Qué extraño teniendo en cuenta el hecho sin importancia de que hay muchísima gente en el mundo que lleva viviendo cinco décadas y la mitad, grosso modo, son mujeres. Los afortunados y bienvenidos ejemplos de visibilización de la mujer madura en la ficción, véanse otros estrenos franceses recientes como 50 primaveras (2017), tienen en Los 50 son los nuevos 30 una nueva aportación estimulante, en cuanto a variación de unos modelos preestablecidos y asumidos, porque se trata de una comedia romántica. Y resulta, para más inri, una comedia romántica nada esplendorosa, sin gente guapa. Vamos, una pesadilla de muchos productores. ¿O ya no tanto?
Valerie Lemercier dirige, escribe y protagoniza, amén de interpretar una peculiar figura secundaria, la historia de Marie-Francine, una esposa abandonada de la noche a la mañana por el marido, que se ha ido con una más joven. Y a este revés hay que sumarle el abrupto fin de su prestigiosa carrera profesional por la pérdida sorpresa de su trabajo. A Marie-Francine no le queda otra que tomar las riendas de su vida, aunque la única opción posible para empezar de nuevo implica volver a casa de sus padres, dos pequeñoburgueses del distrito XVI de París que se distinguen por una conducta tirando a maniática y un poco locuela. Como no podía ser de otra manera, la convivencia se convierte en todo menos fácil y, lo más importante, en acicate para una imprescindible revisión del pasado.
Un acierto de Lemercier ha sido concebir una protagonista no necesariamente muy divertida y que la comicidad se active, precisamente, en contraste con los demás: los padres (pasados de rosca), el exmarido (un graciosete patético) y el hombre que le hace tilín (un tipo bondadoso a quien también todo se le ha puesto en contra). En cuanto a la elección del enamoramiento como el factor para terminar de establecer la caracterización de la comicidad y como motor de una reconstrucción personal dentro del relato, se debe resaltar que la directora ha procurado que el espectador reconozca dicho enamoramiento, con todas sus torpezas y situaciones desconcertantes, más como algo vivido y menos como algo visto en cine. Parece olvidarse de ello en la secuencia de cierre, y este es uno de los elementos, al igual que alguna cuestión de ritmo, menos acertados del conjunto, pero Lemercier deja también en Los 50 son los nuevos 30 varias escenas y situaciones con la entidad propia suficiente como para que no decaiga la atención. Nada más lejos de lo habitual en una pantalla, por ejemplo, que ver a una protagonista que empieza a fumar con la cincuentena a cuestas… ¡justo cuando entra a trabajar en una tienda de cigarrillos electrónicos!
LOS 50 SON LOS NUEVOS 30 (MARIE-FRANCINE)
Dirección: Valerie Lemercier
Reparto: Valerie Lemercier, Denis Podalydès, Patrick Timsit, Philippe Laudenbach, Xavier Lemaître, Hélène Vincent
Género: Comedia. Francia, 2016
Duración: 95 minutos