La decisión del rey (Kongens Nei)

Tres días de abril

Los relatos oficiales insisten en ello: parece que las monarquías encajadas dentro de un régimen parlamentario deben someterse, ante una determinada amenaza general, a una prueba del algodón para demostrar a sus súbditos que son efectivamente modernas y democráticas. Así sucedió en Noruega a principios de abril de 1940, durante la rapidísima ocupación alemana, cuando al rey Haakon VII se le plantearon dos opciones, la de adherirse al gobierno colaboracionista y abiertamente nacionalsocialista impuesto por Hitler o seguir al legítimo, aquel que huía hacia el exilio después de haber llamado a la movilización militar general. En torno a ese dilema se construye La decisión del rey, una película que nos recuerda que la Segunda Guerra Mundial extendió sus horrores más allá de las fronteras de las consabidas naciones en lucha y que, en este caso concreto, lo que los noruegos estudian en la escuela desde pequeñitos, fuera lo conocen los historiadores y pocos más.

La crónica de aquellos tres días cruciales se dirige también a dos tipos de espectadores, los nacionales y los que no lo son. La cinta les ofrece a los primeros una ración serena de orgullo patriótico y monárquico. El resto tendrá la oportunidad de ampliar conocimientos mientras transcurre la intriga, hecha de manera eficaz y punto, con el aderezo de muchos duelos dialécticos y algunas secuencias bélicas. En ese sentido, poco o nada dirán a los no noruegos momentos como la primera aparición del monarca (interpretado por Jesper Christensen), en la que ejerce su papel de enrolladísimo abuelo jugando en la nieve con sus nietos, entre ellos quien ocupa a día de hoy el trono del país escandinavo. Es de agradecer que el director y guionista Erik Poppe, por el lado contrario, sí se haya detenido a desarrollar con amplitud el personaje del embajador alemán Curt Bräuer (Karl Markovics), el encargado de llevar el ultimátum de Hitler ante el rey, en un encuentro cuyos preparativos constituyen el armazón del largometraje.