Dunkerque (Dunkirk)
Naufragio en la técnica Yago Paris Resultan llamativos los paralelismos que se extraen al comparar las carreras de Alejando González Iñárritu y Christopher Nolan, y cómo sus respectivos cambios de […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Naufragio en la técnica Yago Paris Resultan llamativos los paralelismos que se extraen al comparar las carreras de Alejando González Iñárritu y Christopher Nolan, y cómo sus respectivos cambios de […]
Resultan llamativos los paralelismos que se extraen al comparar las carreras de Alejando González Iñárritu y Christopher Nolan, y cómo sus respectivos cambios de modelo de cine han supuesto el ansiado reconocimiento por parte de los especialistas del gremio y la comunidad crítica, lo que ha cristalizado —o puede cristalizar, en el caso del segundo— en la conquista de galardones. En la filmografía del mexicano se distinguen dos etapas bien diferenciadas: una primera en la que el protagonismo lo lleva el guion, frente a una segunda en la que la forma es la que determina el resultado final. Dos películas —Birdman (2014) y El renacido (2015)— fueron suficientes para consagrar a Iñárritu en el olimpo de los grandes directores de cine de autor que trabajan dentro de la industria, con sendos Óscar a mejor dirección por dichos filmes. Nolan, quien siempre ha volcado todo el potencial de su cine en el texto y nunca se ha molestado en ocultar que la puesta en escena le importa más bien poco, ha cambiado radicalmente de modelo en Dunkerque, cinta bélica con escasos diálogos y exuberante propuesta formal que, por fin, ha cosechado infinidad de aplausos por parte de los especialistas del análisis cinematográfico y camina con paso firme hacia la ceremonia de premios de la academia de cine hollywoodiense.
El director inglés aborda el desalojo de las tropas inglesas que se vivió en la costa francesa durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente en la ciudad portuaria que da nombre a la obra. Para tratar este episodio histórico nutre su discurso de planos construidos al milímetro, una fotografía de tonos solemnes que le aporta un toque trascendente a la imagen, y, al menos en su tramo inicial, unas cuantas escenas en las que, esta vez sí, se le saca partido a la planificación para transmitir ideas desde lo visual -la primera escena, con las octavillas cayendo del cielo, y la del transporte de heridos en camilla son, con diferencia, los momentos de Dunkerque en los que hay más cine, entendido éste como narración en imágenes. Por tanto, podría argumentarse que, por fin, Nolan se ha centrado en su función de director y, en efecto, ha rodado una película con especial esmero, a diferencia de sus anteriores proyectos, en los que daba la impresión de que sus recargados guiones estaban acompañados por imágenes accesorias que carecían de un significado per se. Sin embargo, a ojos de este crítico, el realizador británico comete el mismo error que su homólogo mexicano, confundiendo la grandilocuencia visual con la construcción de un discurso sólido, el ruido con el impacto, la saturación con la comunicación. A fin de cuentas, la técnica con el arte.
Dicho modelo se acerca más al cine entendido como atracción de parque temático que como búsqueda de un lenguaje propio a través de la experimentación con el plano. Fruto de esta situación surgen tres preguntas que desarticulan en buena medida el aparato formal de la película. ¿Sobrevive el filme al visionado fuera de la colosal pantalla de cine? ¿Las supuestas virtudes de la obra residen en la imagen, o el mecanismo se desactiva si la cinta se proyecta sin la atronadora y omnipresente banda sonora de Hans Zimmer? Y, quizás la más importante, porque en ella reside la verdadera esencia trilera de un Nolan obsesionado por hacer pasar por complejo lo que simplemente es complicado: ¿aporta algo la aparatosa fragmentación temporal a la que somete el relato, que ensucia la narración y provoca más de una confusión cuando las tres historias confluyen?
DUNKERQUE
Dirección: Christopher Nolan.
Reparto: Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy, Barry Keoghan, Harry Styles.
Género: Bélico. Reino Unido, 2017.
Duración: 107 minutos.