Una revolución tranquila


¿Es una ofensa a Dios y a la excelencia interpretar a Bach en clave de jazz? ¿Las costumbres sirven para salvarnos o, por el contrario, anulan la capacidad de reacción cuando nuestras estabilidades se ven cuestionadas? De estas y otras preguntas similares parte el discurso que plantea la veterana realizadora suizo-canadiense Léa Pool en La pasión de Augustine, película que sitúa su conflicto, con una centralidad y un sentido eminentemente femeninos, durante la llamada Révolution Tranquille. Aquel periodo histórico fundamental en la historia de la región de Quebec culminó a finales de los sesenta con el pasaje hacia la secularización y fortalecimiento de los sistemas públicos, tras décadas de gobierno caciquil del primer ministro Maurice Duplessis y la influencia abusiva de la Iglesia Católica en ámbitos como el sistema educativo. Y es ahí, dentro de un contexto movido por la fuerza de los cambios, donde transcurre la historia de la Madre Augustine (Céline Bonnier), las monjas de la escuela de música que dirige y las internas que en ella estudian.

De todos modos, una vez explicitado el contexto histórico social, no es intención de Pool instalarse en la recreación cinematográfica al uso de una época – aunque a un espectador que desconozca la historia canadiense con mucha probabilidad le queden ganas de haber recibido más información -, sino situar el foco primordial en el desarrollo de las conciencias de las mujeres que protagonizan la cinta, mujeres que tanto antes como después han sido y serán supervivientes dentro de la sociedad. Por eso mismo, fuera de varias secuencias de perezosa realización o desarrollo deficitario (unas monjas al rescate de dos alumnas en una festichola hippie, la subtrama melodramática del triángulo familiar de la protagonista), La pasión de Augustine crece, se asienta de manera tranquila pero firme en cuanto a relato de los procesos íntimos. Y lo consigue gracias a su condición de serena, introspectiva y genuinamente evocadora película musical con las interpretaciones al piano que se detallan en pantalla, más algunos momentos de canto coral. Ante Bach y ante los impulsos por la liberación, no hay excelencias restrictivas ni institución eclesiástica ni rémoras del pasado que valgan.


"LA PASSION D'AUGUSTINE"


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LA PASIÓN DE AUGUSTINE

Dirección: Léa Pool

Intérpretes: Celine Bonnier, Lysandre Ménard, Diana Lavallée, Valérie Blais

Género: drama, musical. Canadá, 2015

Duración: 103 minutos

 


 

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