Vivir y morir en total libertad

Santiago Alonso 


Los paisajistas canadienses que, a principios del siglo XX, formaron el Grupo de los siete o que se relacionaron directamente con él (porque de hecho se habla de un número de artistas mayor que ese) propusieron en sus pinturas de estilo impresionista un contacto directo con el esplendor natural que atesora el país norteamericano. Es cierto que algunos críticos señalaron que esa supuesta pintura de tierras salvajes hecha in situ tenía a veces algo de trampa, pues muchos de los lugares llevados a los lienzos no estaban en realidad tan alejados de la civilización. En cualquier caso, cabe considerar las obras de A. Y. Jackson o Tom Thomson como la expresión precisamente de ese ideal de espacio prístino, no hollado todavía por el hombre, que queremos intuir cuando visitamos Canadá y contemplamos el horizonte de su extensión campestre, que es uno de los últimos paraísos aún existentes sobre este maltrecho planeta. Estas ideas sobre anhelos y actitudes a la contra relacionados con la naturaleza aparecen también en Y llovieron pájaros, la película de Louise Archambault basada en la novela homónima escrita por Jocelyne Saucier que protagonizan unos ancianos (tres hombres y una mujer) que han decidido retirarse del mundo, esconderse en bosques perdidos, vivir libres, bañarse en las aguas de un lago y sentarse en su orilla para observarlo en paz.

La pintura de la naturaleza es asimismo uno de los motivos principales de la historia, pues uno de los personajes proporciona muchas claves del argumento, relacionadas con un traumático incendio acaecido muchos años atrás, expresándose con los pinceles. Después, la directora tenía claro que si plasmaba con viveza el paisaje ya resolvía casi medio trabajo. Seguramente el hecho de cuidar estos dos aspectos, sobre todo el segundo, no es suficiente para llevar a buen puerto el relato si este mismo se presenta a veces de modo confuso y desatiende el desarrollo de varios personajes (por ejemplo, la fotógrafa que pone en marcha la acción cuando se empeña en conocer a los misteriosos habitantes del bosque), o si se pulsa el piloto automático para ciertas secuencias. Sin embargo, aparte de esto, existe una fuerza motora que eleva Y llovieron pájaros varios peldaños hasta conferirle una entidad propia. Tiene que ver principalmente con la desprejuiciada, franca y, a la vez, consciente reivindicación que se hace de la edad provecta, algo bastante raro de encontrar en unas pantallas donde se estilan casi siempre las visiones doloridas y deprimentes de los personas muy mayores. Aquí los protagonistas sufren, pero también disfrutan el amor, ejercen con libertad todos sus actos (hasta los postreros) y, en definitiva, siguen mirando hacia delante sin importarles el qué dirán. Han elegido vivir y morir en el paraíso que, finalmente, han sabido encontrar.



 

Y LLOVIERON PÁJAROS

Dirección: Louise Archambault.

Intérpretes: Andrée Lachapelle, Gilbert Sicotte, Rñemy Girard, Ève Landry.

Género: drama. Canadá, 2019.

Duración: 127 minutos.

 


 

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