Lola Pater
Imponente Ardant Santiago Alonso El estreno de Lola Pater coincide con las recientes críticas, manifestadas por parte de algunas voces LGTBI, acerca de la poca idoneidad de que cualquier intérprete […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Imponente Ardant Santiago Alonso El estreno de Lola Pater coincide con las recientes críticas, manifestadas por parte de algunas voces LGTBI, acerca de la poca idoneidad de que cualquier intérprete […]
El estreno de Lola Pater coincide con las recientes críticas, manifestadas por parte de algunas voces LGTBI, acerca de la poca idoneidad de que cualquier intérprete sea contratado para un papel de personaje transgénero, cuando se podría recurrir antes a una persona de dicha condición. Lo hemos visto hace nada a propósito de un proyecto que prepara actualmente Paco León. Curándose quizás en salud, ya durante las entrevistas promocionales, el director Nadir Moknéche y Fanny Ardant, estrella absoluta de esta película francesa, han expuesto sus razones: él aduce que la identidad de un actor con el papel debería significar el fin de toda representación, y se pregunta si, según los mismos razonamientos, solo cabría darle el papel a una mujer árabe argelina para encarnar a la mujer árabe argelina que él ha fabulado; ella cuenta que se vio recompensada a la salida del estreno por el abrazo afectuoso de una mujer trans. Desde perspectivas más políticas, sin embargo, probablemente la respuesta a esto sería que debería primar la conveniencia de visibilidad del colectivo. Sirva o no la película para alimentar el debate y su corto o largo recorrido, lo que sí parece incontestable es la imponente presencia de Ardant en pantalla, interpretando a la Lola del título, una mujer que veinticinco años atrás llegó a Francia desde Argelia siendo un chico llamado Farid, a quien la imperiosa necesidad de cambiar de sexo le hizo alejarse de los suyos.
El trabajo de la actriz activa un universo de sufrimientos pasados y corajes triunfantes desde el fondo de una mirada penetrante, las arrugas que aparecen con un gesto o en la comisura de unos labios en tensión. También está la voluptuosidad, en sus caminares y gestos, muy identificable con la cultura árabe. Y definitiva para la construcción del personaje resulta, además, la bajada hacia tonos más graves de su voz. Aparte de todo esto, mérito de la gran intérprete que demuestra ser Ardant, poco más se puede comentar sobre Lola Pater, un film tan irreprochable en sus mensajes —la ruptura de esquemas sociales tradicionales mediante la aceptación y la ternura— como insípido en su desarrollo, pues apenas va más allá de enunciar la premisa «chico descubre el verdadero motivo por el que su padre desapareció bastante tiempo atrás». Buena prueba de ello es el evidente desaprovechamiento de figuras secundarias como la del ligue del joven (¿un desajuste debido al montaje final?) o, sobre todo, la de la compañera sentimental de la protagonista. La idea de que Lola ame a las mujeres contribuía a una posible riqueza argumental que al final no se cumple. Entre todas las dinámicas de conflicto que podamos imaginar, el director se ha conformado con la menos sorprendente y más estereotipada.
LOLA PATER
Dirección: Nadir Moknèche
Intérpretes: Fanny Ardant, Tewfik Jallab, Nadia Kaci
Género: drama. Francia, Bélgica, 2017
Duración: 95 minutos