Kaleidoscope
Psicosis en la normalidad Yago Paris Resulta sencillo pensar en el cine de Peter Strickland al ver Kaleidoscope. Sin ir más lejos, uno de sus planos se hermana con el […]
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Psicosis en la normalidad Yago Paris Resulta sencillo pensar en el cine de Peter Strickland al ver Kaleidoscope. Sin ir más lejos, uno de sus planos se hermana con el […]
Resulta sencillo pensar en el cine de Peter Strickland al ver Kaleidoscope. Sin ir más lejos, uno de sus planos se hermana con el clímax de The Duke of Burgundy, en el que la cámara parece penetrar en la vagina de una de las protagonistas, un recurso que se utiliza para representar el paso de lo consciente a lo subconsciente. En la obra de Rupert Jones la cámara encuadra un caleidoscopio y, mediante un intenso zoom in, el plano se cierra hasta dar la impresión de que la cámara se introduce a través del agujero del juguete. Jones representa así la entrada de la película en el torturado subconsciente de su protagonista, al que interpreta Toby Jones, el hermano del director. Sin embargo, por el tono del relato y por cómo el filme se convierte en una especie de olla a presión a punto de reventar, además de por el mero hecho de que la protagoniza el mismo intérprete, Kaleidoscope recuerda más a la obra previa de Strickland, Berberian Sound Studio. A Rupert Jones se le queda grande la comparación con su homólogo y compatriota, especialmente si se tiene en cuenta que este último es uno de los grandes talentos de la cinematografía occidental, pero el responsable de Kaleidoscope suple la falta de excelencia con un concienzudo uso de la puesta en escena, permitiendo así que el filme funcione como tenso thriller psicológico que se presta a múltiples lecturas.
Si el referente parece claro en el aspecto visual, en el plano del guion resulta inevitable comparar la cinta con el cine de Alfred Hitchcock. El realizador, quien también escribe el libreto, construye su obra como si se tratara de una relectura sin tapujos de Psicosis. El autor se interesa por lo tortuosas que pueden ser las relaciones maternofiliales, una temática habitual en la obra del responsable de Encadenados. Para desarrollar la propuesta se apoya en un tercer personaje, el de una chica con la que el protagonista quiere ligar porque, intuimos, le recuerda a su progenitora. A partir de esta premisa se desarrolla una serie de jugosos subtextos: la infancia como el momento que condiciona la existencia humana, en el que se gestan relaciones de dependencia y traumas irresolubles —esto último simbolizado a través del caleidoscopio—; la normalidad en la conducta como la manifestación de un interior oprimido y torturado; o la figura materna como ente perturbador, manipulador y despótico. A pesar de que el tramo final de la cinta se decanta por cierto efectismo de brocha gorda, desconcertando al público acerca de cuánto de lo que se le ha contado ha ocurrido en el mundo real y cuánto ha sido una invención de la mente del protagonista, en el fondo la decisión encaja como una pieza más del solvente puzle que ha montado Rupert Jones.
Puedes ver Kaleidoscope en Filmin
KALEIDOSCOPE
Dirección: Rupert Jones
Reparto: Toby Jones, Anne Reid, Sinead Matthews, Deborah Findlay, Karl Johnson, Cecilia Noble, Frederick Schmidt, Manjinder Virk
Género: Thriller psicológico. Reino Unido, 2016
Duración: 100 minutos