El viaje de sus vidas (The Leisure Seeker)
Buscando el final feliz Santiago Alonso Durante el primer descanso que hace el matrimonio protagonista de El viaje de sus vidas en una cafetería de carretera, el marido le suelta […]
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Buscando el final feliz Santiago Alonso Durante el primer descanso que hace el matrimonio protagonista de El viaje de sus vidas en una cafetería de carretera, el marido le suelta […]
Durante el primer descanso que hace el matrimonio protagonista de El viaje de sus vidas en una cafetería de carretera, el marido le suelta una parrafada sobre el estilo de Ernest Hemingway a la paciente camarera que les atiende. Dice: “La prosa que es poesía es su secreto. ¿Te haces una idea de lo difícil que es eso? Significa que algunos han confundido su simplicidad, su economía de lenguaje con la banalidad”. Aparte de que al incluir este discurso tan de primeras los responsables de la cinta fijan toda una declaración de principios, la literatura sobrevuela toda la historia. Y lo hace siempre en boca de este profesor jubilado que padece Alzheimer y a quien su mujer, también seriamente enferma, lleva a visitar la casa del autor de El viejo y el mar en Key West (Florida), viajando por carreteras secundarias a bordo de la vieja caravana familiar. El hombre cita a Hemingway, Melville y Joyce, aunque si hay un autor que asoma, sin que se le nombre, a lo largo de cada secuencia, ese es Chéjov, por aquello de la narración que extrae complejidades partiendo de la extrema sencillez del aparato argumental.
Tras la maravillosa Locas de alegría (2016), esta adaptación muy libre del libro The Leisure Seeker de Michael Zadoorian es la segunda colaboración en tareas de escritura del director Paolo Virzì con su colega Francesca Archibugi. Ha dado como resultado un trabajo que se aproxima de manera notoria a la concepción de cine novelesco de la Archibugi como realizadora, tanto que si ella firmara la cinta casi no notaríamos la diferencia. Estamos ante una película eminentemente de guionistas —al equipo se suman Francesco Piccolo y el norteamericano Stephen Amidon, el autor de la novela original que dio pie a El capital humano (2013), el título más famoso de Virzì fuera de Italia— en la que se percibe de principio a fin el modus operandi que encontramos en los largometrajes de Archibugi, chejoviana declarada, por el cual se tiende hacia una dirección en apariencia invisible y el objetivo siempre es retratar personas y contar su vida cotidiana. Precisamente como consecuencia de ese quitarse de en medio por parte de quien dirige, el trabajo de los intérpretes (y con los intérpretes) proporciona toda la carga, digamos para entendernos, de espectáculo que ofrece la pantalla. Los fabulosos veteranos Donald Sutherland y Helen Mirren cumplen la tarea, tanto por sus irreprochables composiciones como por permitirle a la cámara recoger los primeros planos de unos imponentes rostros, con las huellas del tiempo surcando la superficie, que expresan lo que no pueden las palabras.
Es cierto que El viaje de sus vidas se instala en la previsibilidad de principio a fin, como relato sobre el Alzheimer y también como road movie, pero no lo es menos que la lucha contra los clichés dota al largometraje de honradez e identidad. Por ejemplo, atravesamos paisajes distintos de los mil veces vistos y, principalmente, jamás encontramos la fácil actitud ridiculizadora del forastero europeo, algo que se suele ver en cineastas del viejo continente cuando saltan el charco, y más aún cuando se retrata a una parte de la población a punto de votar a Trump.
Con independencia de las raíces y las localizaciones estadounidenses de la historia, Virzì y Archibugi han hecho una película totalmente italiana por algo que siempre ha definido el cine transalpino: el tejer hilos que unen a los personajes y el espíritu social del momento. Y también emplazan a los espectadores más jóvenes, un público que posiblemente no conecte con la historia o, incluso, perciba en ella un discurso tramposo, a que vuelvan a verla cuando, dentro de muchos años, tengan que buscar en compañía de alguien un final feliz a sus vidas, tal y como hace la admirable pareja protagonista. No es casual la corta edad de todos los interlocutores que van encontrándose Sutherland y Mirren por el camino, ni el escaso entendimiento con la mayoría de ellos.
EL VIAJE DE SUS VIDAS
Dirección: Paolo Virzì
Intérpretes: Donald Sutherland, Helen Mirren
Género: drama. Italia, Francia 2017
Duración: 112 minutos