90ª Edición de los Óscar
El sistema sigue intacto Yago Paris Si la oleada de escándalos sexuales en Hollywood ha sido capaz de movilizar al mundo entero, y especialmente al sector del cine, como pudimos […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
El sistema sigue intacto Yago Paris Si la oleada de escándalos sexuales en Hollywood ha sido capaz de movilizar al mundo entero, y especialmente al sector del cine, como pudimos […]
Si la oleada de escándalos sexuales en Hollywood ha sido capaz de movilizar al mundo entero, y especialmente al sector del cine, como pudimos vivir en la pasada gala de los Goya, la ceremonia de los Óscar no iba a ser menos. Este año la efeméride —se trata de la nonagésima edición, número redondo que invita a echar la vista al pasado— y la turbulencia social —opresión a las mujeres y a las minorías— han convertido la entrega de premios más mediática del planeta en un evento todavía más notorio. En el plano puramente cinematográfico, a lo largo de la ceremonia se intercalaron varios vídeos en los que se recordaron grandes momentos cinematográficos que han acompañado a la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos durante sus noventa años de existencia. En el aspecto reivindicativo, la situación ya se había hecho notar en unas nominaciones con mayor diversidad de la habitual en las diferentes categorías. La protesta social prometía ser el foco de atención durante el desarrollo de la gala. Y así fue, pero sólo en parte. Diferentes artistas de Hollywood se aliaron para ofrecer discursos reivindicativos, señalar desigualdades o poner de manifiesto con datos lo mucho que todavía queda por hacer para alcanzar la igualdad. El objetivo era zarandear la industria cinematográfica y exigir cambios en favor de la igualdad y el respeto a los derechos de las personas, pero el intento se quedó en apenas una reivindicación de cara a la galería por parte de ese Estados Unidos progre que Jordan Peele deja por los suelos en su nominada ópera prima, Déjame salir.
El discurso inicial confirmó cuál sería la línea que seguiría la velada. Jimmy Kimmel repetía como presentador, tras las buenas impresiones que había causado durante la edición de 2017. Sin esconderse ante temas espinosos tan candentes como el caso Weinstein —porque hacerlo sería más escandaloso que cualquier gag al respecto—, pero sin salirse en ningún momento de lo socialmente aceptado, el presentador ofreció un monólogo a la altura de las circunstancias: esto no deja de ser Hollywood, y Kimmel está a años luz de la acidez de francotiradores del humor como Ricky Gervais, por lo que todo lo que ocurrió fue lo que cabía esperar. Una idea que se puede extrapolar a la propia elección de las ganadoras de cada categoría, puesto que apenas se produjeron sorpresas a lo largo de las cerca de cuatro horas que duró el evento.
La carrera por los Óscar de 2018 ha venido marcada por la ausencia de claras favoritas, a pesar de que las trece nominaciones de La forma del agua podían generar la falsa sensación de que no había aspirante que pudiera hacerle frente. Finalmente se cumplieron las previsiones y la cinta de Guillermo del Toro, lejos de arrasar, sólo cosechó premio en cuatro de las trece candidaturas. Sin embargo, por la importancia de dos de ellas —dirección y película, a las que acompañaron banda sonora y diseño de producción—, resulta imposible no considerar esta mezcla de historia romántica y ciencia ficción como la triunfadora de la noche.
En una ceremonia en la que los ganadores de todas las categorías parecían estar tan claros que daba la impresión de que los resultados de los galardones habían sido filtrados semanas antes, la nota discordante la daba el premio gordo. La gran rival de La forma del agua en esta categoría era Tres anuncios en las afueras, película que, en contraposición, podría considerarse como una de las perdedoras de la noche, quizás la principal, si se compara lo obtenido con las aspiraciones de partida. A pesar de haber conquistado dos galardones, el de actriz protagonista para Frances McDormand y el de actor secundario para Sam Rockwell, la obra de Martin McDonagh hincó la rodilla en las otras dos categorías en las que podía haber algo de incertidumbre: mejor guion original —para Jordan Peele por Déjame salir— y mejor montaje —Lee Smith por Dunkerque. Precisamente la única victoria que se podría considerar una auténtica sorpresa fue la de Peele por su libreto sobre el conflicto racial en Estados Unidos. A pesar de que McDonagh partía como principal favorito, tanto por el tipo de guion como por la clase de película, finalmente una obra de género —entre el terror y la comedia— se alzó con la estatuilla dorada.
El galardón avivaba las esperanzas de que la de Jordan Peele fuera una tapada capaz de dar la campanada como mejor película, al ver reforzadas sus posibilidades por el hecho de competir en un año en el que las reivindicaciones sociales podían llegar a tener un peso determinante en las votaciones. Finalmente se trató de un espejismo. En una ceremonia que prometía ser un revulsivo, con movimientos sociales como #MeToo o Time’s up en el ambiente, a la hora de la verdad ofreció una imagen que se parecía demasiado a aquello contra lo que, hipotéticamente, pretendía luchar: una manera clásica, más conservadora de lo que podría parecer, de entender los Óscar, que siempre han sido el reflejo de la propia industria, sus dinámicas y sus perversiones.
Mejor Película: La forma del agua
Mejor Director: Guillermo del Toro por La forma del agua
Mejor Actor Principal: Gary Oldman, por El instante más oscuro
Mejor Actriz Principal: Frances McDormand, por Tres anuncios en las afueras
Mejor Actriz Secundaria: Allison Janney, por Yo, Tonya
Mejor Actor Secundario: Sam Rockwell, por Tres anuncios en las afueras
Mejor Guión Adaptado: James Ivory por Call me by your name
Mejor Guión Original: Jordan Peele por Déjame salir
Mejor Película Extranjera: Una mujer fantástica (Chile)
Mejor Película de Animación: Coco, de Lee Unkrich y Darla K. Anderson
Mejor Banda Sonora: Alexandre Desplat por La forma del agua
Mejor Canción: Remember Me, en Coco, de Kristen Anderson-Lopez, Robert Lopez
Mejor Diseño de Producción: Paul D. Austerberry, Jeffrey A. Melvi y Shane Vieau por La forma del agua
Mejor Vestuario: Mark Bridges por El hilo invisible
Mejor Montaje: Lee Smith por Dunkerque
Mejor Fotografía: Roger Deakins por Blade Runner 2049
Mejores Efectos especiales: John Nelson, Paul Lambert, Richard R. Hoover y Gerd Nefzer por Blade Runner 2049
Mejor Maquillaje y peluquería: Kazuhiro Tsuji, David Malinowski y Lucy Sibbick por El instante más oscuro
Mejor Montaje de sonido: Alex Gibson y Richard King por Dunkerque
Mejor Mezcla de sonido: Mark Weingarten, Gregg Landaker y Gary A. Rizzo por Dunkerque
Mejor Documental: Icarus, de Bryan Fogel y Dan Cogan
Mejor Cortometraje Documental: Heaven is a Traffic Jam on the 405, de Frank Stiefel
Mejor Cortometraje de Ficción: The Silent Child, de Chris Overton y Rachel Shenton
Mejor Cortometraje Animado: Dear Basketball, de Glen Keane y Kobe Bryant