Quien baila su mal espanta

Jesús Cuéllar


Con ochenta años, Gloria se maquilla con esmero para sus sesiones de baile. Gloria levanta, llana en mano, un muro para su casa a medio construir. Como una quinceañera obsesionada con su imagen, Gloria filma sin descanso lo que la rodea y se fotografía y graba junto a su hijo, Omar, su compañero de baile. Gloria y Omar, curiosa pareja mexicana, viven por y para el danzón cubano. En este su segundo largometraje, Jimmy Cohen podría parecer un director ausente. Según ha declarado, Gloria lleva filmando y filmándose treinta años, y él ha decidido partir de esas imágenes reales, captadas compulsivamente, para componer un retrato de dos mexicanos pobres que han decidido entregarse a su pasión, sin importarles lo que digan los demás.

La gente, que a veces se molesta cuando se ve filmada sin su consentimiento por Gloria y Omar, se pregunta si son amantes o de qué viven, y tampoco el espectador acaba de explicarse que en sus viajes madre e hijo duerman en la misma cama o que puedan permitirse viajar a Cuba desde México cuando ni siquiera tienen agua corriente en casa. «Ya trabajamos bastante», afirma ella con orgulloso desdén.

En Omar y Gloria lo importante es observar cómo dos personas, con tan pocos recursos, han conseguido alcanzar una felicidad nada desdeñable dedicándose a lo que más les gusta. Además, Gloria, que a veces trata con poco respeto a su hijo, al que califica de «curiosidad» o de «chango» (mono) por su peculiar fisonomía, y al que explica lo poco que pudo cuidarse ella cuando lo llevaba en su seno, atesora todas sus filmaciones para cuando no pueda caminar, para cuando el baile sea imposible. La anciana mexicana siempre tiene presente la memoria, la de su propia vida pasada y la que espera tener en el futuro, gracias a los montones de CD que guardan sus fotografías y películas. Ahora atesora imágenes de sí misma sin parar porque de niña, dice, nadie se las tomaba.

En Todo comenzó por el fin Luis Ospina visitaba un cine de Cali convertido en iglesia evangélica. Con la misma nostalgia Gloria visita otra sala de proyecciones que ha corrido la misma suerte que la colombiana. El cine quizá ya no sea lo que fue para tanta gente, pero Gloria, y Omar con ella, no se resignan a privarse de esa fórmula para el recuerdo, ni a legar a quién sabe quién tantas y tantas imágenes cotidianas, intrascendentes pero felices. «Nunca llegas a morir cuando tú grabas», sentencia Gloria.



Puedes ver OMAR Y GLORIA en la web del FESTIVAL MÁRGENES


 

OMAR Y GLORIA

Dirección: Jimmy Cohen

Género: documental. México, 2017

Duración: 88 minutos

 


 

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