La hora del cambio (L’ora legale)

Escandalosa honradez

Después de tanto desearla, la regeneración democrática llega a la ficticia Pietramare, pequeña ciudad siciliana que representa tanto a la isla como a Italia entera, en la figura de un nuevo alcalde con voluntad de hacer las cosas y de hacerlas bien. Sin embargo, la nueva política chocará casi de inmediato con un idea que se verbaliza en un momento de La hora del cambio, reflejando el sentir general de la población, y que articula el planteamiento de una comedia que gracia acaba teniendo muy poca, como siempre les ha pasado a las mejores comedias italianas: un personaje dice que la honradez que quería la gente y ya se está poniendo en práctica… ¡trae consecuencias que no se pueden aceptar! ¿Cuál es el mensaje? Que la clase política es la que es, de acuerdo, pero algo de responsabilidad también tendrán los ciudadanos, pues no basta con la acción de votar un día cada cuatro años y punto. El cambio se pondrá en marcha cuando empiece dentro de cada persona.

El dúo formado por los palermitanos Salvatore Ficarra y Valentino Picone – muy conocidos en su país por una ya larga carrera dividida entre el teatro, la televisión y la gran pantalla – ha ideado, dirigido y protagonizado una sorprendente muestra de cinema civile en clave humorística que les plantea a los espectadores nacionales la eterna pregunta acerca del tipo de país que quiere ser Italia. Se les puede reprochar a ambos cómicos que no hayan delegado en alguien con mano más capacitada el pulso y la realización del espectáculo, aunque sí hay que alabar (y mucho) en la pareja la voluntad de afrontar el tema propuesto hasta sus últimas consecuencias. Lo demuestra un final que convierte la historia directamente en teatro alegórico de la política y la sociedad, con unos tintes negros como la pez. En ese sentido, la desesperanza que inunda aquí los ánimos alcanza la misma intensidad, dentro de otro género y siguiendo en Sicilia, que tenía la de las películas del maestro Damiano Damiani.