Leena Yadav: «Nunca antes se había hecho una película así en la India»
Recientemente hemos podido ver en el cine ejemplos claros de un movimiento venido de la India que busca una nueva mirada para los personajes femeninos. Es el caso de 7 […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Recientemente hemos podido ver en el cine ejemplos claros de un movimiento venido de la India que busca una nueva mirada para los personajes femeninos. Es el caso de 7 […]
Recientemente hemos podido ver en el cine ejemplos claros de un movimiento venido de la India que busca una nueva mirada para los personajes femeninos. Es el caso de 7 diosas, donde las mujeres gozan de libertad, diversión y, sobre todo, situaciones políticamente incorrectas según la tradición del país. Este fin de semana llega a las pantallas españolas otro ejemplo de esa chispa que recorre el cine indio, aunque con un tono que combina lo festivo con lo crítico, y no enseña algunas de las escenas más duras que podrían verse en un pequeño y tradicional pueblo del país.
Tras dos superproducciones de Bollywood, la cineasta Leena Yadav ha querido entrar en el mundo del cine independiente para hablar de un tema que ella considera importante, y que no encaja en las encorsetadas estructuras del gigante cinematográfico de la India. Yadav pone sobre la mesa una situación aún existente en los pueblos más remotos de su país, donde las mujeres aún son vendidas como ganado, maltratadas y despreciadas por querer tener más libertad. Pequeñas ráfagas de cambio llegan al pueblo donde se sitúa La estación de las mujeres, pero pronto amenazan con marcharse por la dureza del control masculino del lugar. Serán cuatro mujeres, con cuatro situaciones diferentes pero identificables con muchas mujeres de la India, las que dirán basta.
Hemos tenido la oportunidad de compartir una conversación con Yadav, en la que nos deja claro que como la suya, no ha habido ninguna película antes en su país. Ella confirma el cambio de tendencia, en la sociedad y en el cine, y tras lidiar con algunos problemas en el rodaje se enfrenta a la censura en la India. Aunque en eso, como en todo lo demás, la cineasta se muestra muy optimista.
Lo primero que me llama la atención es el título del film (Parched, en inglés). ¿Qué significa?
Parched quiere decir árido. Y no me refiere únicamente a la tierra, sino también a las almas de esas personas que ponen trabas a la liberación sexual y espiritual de la mujer en La India. Esas personas tienen almas muy áridas.
Tus dos primeras producciones fueron en Bollywood y esta es más independiente. ¿Por qué este cambio?
No lo había planificado en un principio, pero cuando empecé a escribir el guion de la película supe que tenía que ser a esta escala. Es decir, a una escala más pequeña, dentro del mundillo del cine independiente. Además de que en Bollywood no hubiera encajado una historia así, pensé que tenía que contar con actores y actrices mucho más reales, y no con los que se mueven en la gran industria. Aunque, también tengo que reconocerlo, la frontera entre cine independiente y cine comercial no está tan clara allí.
¿El estereotipo de las mujeres en esos dos mundos es diferente? ¿Hay más libertad en el cine independiente?
No es tanto el estereotipo existente como el lugar en el que se ha convertido Bollywood: una fábrica de películas con una fórmula cerrada. Y esta fórmula viene determinado por un condicionamiento muy claro, que dicta que cuanto más famoso es el actor o actriz protagonista, más presupuesto hay. Esto pasa también en Hollywood, no es algo exclusivo de la India. Así pues, el presupuesto condiciona el contenido de la película. Películas como La estación de las mujeres no tienen esa fórmula, es más libres y no se ajusta a los convencionalismos de la gran industria. Aunque eso no quiere decir que no espere un retorno económico (ríe).
¿Cómo encaja esta película en la sociedad india de hoy?
Creo que los tiempos han cambiado mucho, y tengo el presentimiento de que esta película será bien aceptada. En estos últimos años han habido bastantes películas con un importante protagonismo femenino, y la verdad es que han sido bien acogidas, y no sólo en mi país. Hay una cosa que está clara: en la India, son las mujeres las que deciden cómo se gasta el dinero en la casa. Son las que lo administran y deciden qué se tiene que comprar con él. Este hecho tendrá más incidencia en el cine de la que pensamos.
¿Se ha estrenado ya allí?
En septiembre.
¿Y ha pasado la censura?
Lo cierto es que hay mucha polémica con la censura en la India, sobre todo con las películas. La verdad es que estoy muy optimista con la mía, espero que pase sin problemas. Lo que hay que tener en cuenta es que el Tribunal de Censura no puede eliminar escenas de las películas. O te las acepta, o no.
Entonces, ¿crees que escenas de sexo o aquella donde se intuye una relación lésbica pasará la censura?
Bueno, habrá que verlo. Pero para mí esa escena no es lésbica, sino que gira entorno al tacto. Es una comunicación entre dos mujeres sólo a través del tacto. No puedo prejuzgar, no sé qué hará el Tribunal, principalmente porque lo que he hecho en este film no se ha hecho nunca antes en la India y no puedo comparar. Ahora bien, si tengo algún problema con los pechos que se ven en esa escena que comentábamos, como mucho los taparé, pero de ninguna manera quitaré la escena. Precisamente porque no pienso que sean escenas de sexo o de erotismo, sino de comunicación sensorial. Como directora, confieso que esa es mi escena favorita, porque es un tipo de relación que no se había visto antes en el cine indio.
Ahora que mencionabas los referentes, o la falta de ellos, ¿realmente no había ninguna inspiración fílmica?
No, la verdad es que ninguna.
¿Cómo fue la construcción de estas cuatro historias?
Desde el principio tuve a los cuatro personajes femeninos en mente, y empecé a escribir sus historias. Pero a medida que fue evolucionando el guion fui añadiendo muchísimas más cosas. Después hubo temas de los que, por la razón que fuera, no podían hablar estas cuatro mujeres, así que añadí otros personajes que lo dijeran por ellas. Es el caso de la mujer extranjera que vive en el pueblo.
¿Y de cuál de estas cuatro mujeres se siente más orgullosa?
Es difícil, porque las cuatro vienen de mí. Son mis criaturas (ríe). He visto centenares de veces la película, y a cada visionado elijo una nueva favorita.
He leído que tuvo algunos problemas en el rodaje.
Sí, cada vez que iba a un sitio, todas las otras mujeres te miraban fijamente. Y no hablemos ya de los hombres. En muchos pueblos ni siquiera pudimos rodar.
¿Los hombres tenían miedo de que emanciparas a sus mujeres?
Eso creo. Tenían miedo. Pero hay que ser realistas, ellas tienen móviles y televisiones. ¿Cómo vas a hacer que no piensen de manera distinta? Ya lo he dicho antes, los tiempos han cambiado, y querer evitar una influencia externa a las mujeres indias es como poner vallas al campo.
¿Ha habido mucha influencia occidental en la India en los últimos años?
Sí, pero en la mayoría de lugares, sin embargo, siguen queriendo mantenerse en la tradición.
Su primera película fue en 2005, la segunda en 2010 y esta última en 2015. Una película cada 5 años. ¿Cuesta tanto levantar un proyecto?
Me pone muy triste que sea así, me gustaría hacer una película cada año. Bueno, igual cada dos (ríe). Lo que más me gusta el proceso es estar en el set de rodaje, así que intentaré que no pasen de nuevo cinco años para estrenar otra película.
¿Tienes algún proyecto en mente para ello?
¡Sí! Empezaré a rodar una nueva película a finales de este año. Y es una historia sobre hombres (ríe), sobre padres e hijos. Además, creo que he encontrado el equilibrio entre hablar de temas importantes y moverse en la industria.
Agradecimientos a Leena Yadav y Surtsey Films