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Poderosa Madre Kali, yo te invoco

Son preocupantemente habituales las noticias que llegan desde la India sobre vejaciones salvajes a mujeres, triste indicativo de cuál es su posición en un país donde las relaciones de poder del viejo sistema de castas (abolido en 1950) aún perviven en vastos sectores de la sociedad, y tradicionalmente, desde el hinduismo, se ha visto a la mujer como una reencarnación inferior. Solo desde hace unos años, con el brutal caso de la violación en grupo de Delhi en 2012 y las manifestaciones que recorrieron todo el país, se ha comenzado a tomar conciencia real sobre la dimensión de un problema, hasta ahora, mayoritariamente silenciado por el miedo a la deshonra, estimándose de media una violación cada treinta minutos… si se tienen exclusivamente en cuenta las que son denunciadas.

Como expresión cultural del patriarcado, el 96% de los papeles femeninos en las películas de Bollywood son irrelevantes, al servicio de la figura de héroes todopoderosos o amantes rompecorazones. Por ello, es loable la intención desde la que el director Pan Nalin –de cierta relevancia internacional hace unos años por Samsara (2001)– ha partido para elaborar 7 diosas, haciendo que el protagonismo recaiga de manera única en siete mujeres y construyendo con ellas un trabajo de relevancia indiscutible en el marco en que se ha gestado. A modo de sátira explícita a los cánones de representación en el cine indio, la película comienza con una actriz rebelándose en medio de un rodaje al propinar patadas en una escena de acción donde, se supone, ella solo debe chillar y ser débil. Lo que sigue, configurado como una comedia amable que incluso podría pasar por mainstream estadounidense, es en realidad una nada sutil (si bien la urgencia de determinados temas no es que requiera, precisamente, de sutilezas) denuncia del bochornoso estado de la cuestión machista en la India.

En una escena, clave del propio título, los personajes (chicas con vidas difíciles y supervivientes, a fin de cuentas) contemplan una imagen de la colérica diosa Kali, a la que acto seguido imitan tratando de imbuirse de su carácter. Teniendo en cuenta los importantes cortes que ha sufrido para poder estrenarse en su país, desear que la película se pareciese más a esa idea y que, realmente, consistiese en siete mujeres imponiendo justicia cuales diosas sanguinarias sería, tal vez, desear demasiado. Sin embargo, la gran incógnita a despejar es si su ligereza –más allá de la carga social– está efectivamente pensada para facilitar la película a su público, o si en realidad 7 diosas no tiene tanto en mente al espectador nacional como al internacional/occidental, pues se trata, de hecho, de una película rodada en inglés. La premisa de unas amigas reuniéndose en la playa para celebrar el inminente matrimonio de una de ellas, mantenido en secreto, es materializada en los mismos términos que podrían esperarse de un Garry Marshall, tono que se mantendrá durante buena parte del metraje, hasta una abrupta ruptura en la que, por un giro argumental, dejará de ser comedia. Algo así como una figuración del afán de progreso (mirando en el espejo del primer mundo), arruinada en su tercer acto por unos agentes reaccionarios que precipitan la historia por otros derroteros; si bien la propuesta, siendo realistas, deja bastante menos margen a la acción creativa que al simple y puro didactismo. 7 diosas se trata de un objeto cultural valioso para su cinematografía por lo que cuenta, pero no puede decirse que sea una buena película.  

7 DIOSAS

Dirección: Pan Nalin

Intérpretes: Rajshri Deshpande, Tannishtha Chatterjee, Adil Hussain, Sarah-Jane Dias, Amrit Maghera, Arjun Mathur

Género: comedia dramática. India, 2015

Duración: 103 minutos