Hay un detalle en el largo prólogo de Próxima que nos hace intuir que esta película va a ser diferente no solo por su argumento —la exigente preparación de una astronauta francesa de la Estación Espacial Internacional—, sino sobre todo por la forma en que se va a contar. Tras verla realizar aparatosos entrenamientos y, ya después en casa, bañar y acostar a su hija de siete años, la protagonista interpretada por Eva Green sale a la terraza para contemplar el firmamento. Cabría esperar a continuación un plano estrellado, quizás como subrayado de la meta que se ha fijado la mujer, pero no es así, pues simplemente se mantiene el primer plano de ella hasta el corte a un sencillo letrero con el título del film. Nada de épica, fanfarria, ánimo trascendental o angustioso existencialismo. Si cualquier relato aeroespacial se relaciona con el lema «hacia las estrellas a través de las dificultades», el viaje que ha escrito y dirigido Alice Winocour, ajustándose a una óptica tan realista como sosegada, viene marcado por conflictos con los que muchas mujeres se van a identificar: primero, lo complicado que siempre lo tienen estas para conciliar vida profesional y familiar; y segundo, las relaciones entre madres e hijas, vistas desde las dos posiciones.

Curiosamente, Winocour, aparte de haber dirigido dos largometrajes antes (Disorder y Augustine), fue la coguionista de otro que, para mal, se encuentra narrativamente en las antípodas, el muy decepcionante Mustang de Deniz Gamze Ergüven, un claro ejemplo de cómo a una película con las mejores intenciones pueden arruinarla los subrayados innecesarios y la ausencia de matices. Esta es todo lo contrario, pues la cineasta entrega, por un lado, un retrato complejo de personajes y, por otro, consigue mantener el equilibrio entre la pura descripción de los entrenamientos para el viaje espacial y el conflicto interior por la separación que van a sufrir astronauta e hija. Lo mejor de todo es comprobar la manera en que, además, se difumina la estructura del guión y, si bien parece que solo se están enunciando los conflictos, en realidad se desarrollan con hondura. En Próxima hay una mujer real y una reflexión sobre la maternidad que no recurre ni a simplicidades ni al monolítico cliché de la abnegación.

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