Corporación vs. ‘hipsters’
Siendo posiblemente consciente de que el público no podrá evitar tener en mente el apellido familiar, Luke Scott parece haber decidido entrar de lleno en el juego de referencias y homenajes al concebir su ópera prima. Y no deja de suscitar cierta simpatía el plano argumental donde sitúa las ideas de los dos grandes hitos cinematográficos de los que fue artífice su padre, Ridley Scott, cuando filmó hace décadas Blade Runner y Alien. En versión pieza de cámara y con etiqueta de serie B puesta sobre la frente con orgullo, fuera las megalópolis futuristas y los laboratorios que surcan los espacios, el vástago vuelve al tema de la creación de vida artificial por parte del hombre y sus problemas, como la humanidad y la voluntad de sorpasso que muestra la entidad creada. Lo plantea contando un conflicto entre una gran corporación y el grupo de científicos medio hipsters medio hippies que están currándose el gran proyecto mientras viven cuales eremitas en un bosque lejano. Aquí vamos a encontrar fríos asesores de negro, que trabajan para la empresa/máquina evaluando riesgos y solucionando las contingencias (véase una Kate Mara siesa y tiesa como un palo), contra los habitantes de una comuna que, dentro de la naturaleza, viven el sueño de la creación y arropan a La Criatura (una Anya Taylor-joy, actriz revelación de La bruja, en plan rapera caída a la marmita de Nueva Gaia).
La propuesta, decíamos, genera cierta simpatía, vale; pero en la historia de Morgan, destinada supuestamente a las nuevas generaciones, se conjugan vertientes que acaban dando dos tremendos pasos en falso, pues la obra se presenta al inicio como relato de ciencia-ficción dura ㅡque recuerda, demasiado además, a Ex Machina (2015), la notable película de Alex Garland que trataba con mayor consistencia el mismo asuntoㅡ para abandonar las ganas a mitad y entrar, a modo de compensación, en el territorio thriller, eso sí, sin nervio alguno y bajo el signo de la monotonía. Dentro de la apuesta por lo minimalista, Scott juega bien las cartas de exprimir al máximo los primeros planos de los actores, demostrando que sabe bastante bien dirigir actores, aunque la puesta en escena y el desarrollo narrativo restantes diríase que solo sirven para cumplir con el expediente creativo aportando lo mínimo o para rellenar minutos. El resultado, por lo tanto, no sale de los ámbitos de la convención, la apariencia y la poca gracia.
MORGAN
Dirección: Luke Scott.
Intérpretes: Kate Mara, Anya Taylor-joy, Toby Jones, Pau Giamatti.
Género: ciencia-ficción. Estados Unidos, 2016.
Duración: 92 minutos.