Era noche en Belfast

Santiago Alonso 


Principio de los años setenta. Volvemos a los peores momentos del conflicto norirlandés. La gran pantalla ya nos ha llevado antes varias veces hasta este, pero los primeros compases del nuevo salto al pasado que propone ’71 anuncian seguramente una perspectiva distinta, un tipo de viaje que no será igual a los anteriores. En el prólogo se nos presenta al recluta británico Gary Hook (Jack O’Connell) en pleno periodo de alistamiento. La dura instrucción de este soldado de las Fuerzas Armadas de Su Majestad se ve interrumpida cuando los superiores deciden enviar a Belfast a su pelotón, como fuerza de apoyo a la Gendarmería Real del Úlster. La misión consiste en velar por la restauración del orden, un cometido en principio tranquilo, que no debería entrañar ningún problema. Pero allí los militares van a encontrarse con una desagradable sorpresa: una contienda bélica nunca declarada como tal; y la primera salida de los barracones, solamente un día después de su llegada, los arroja —nos arroja a los espectadores— a la atroz batalla que se libra en las entrañas de una ciudad que ha pasado a ser una sucursal del infierno.

En este formidable largometraje —que probablemente no corrió la suerte que merecía en nuestra taquilla y que ahora, años después, se recupera en plataformas digitales— los espectadores acompañan a Hook en un desesperado viaje a lo largo de una noche sin fin. Partir de una premisa de estas características puede dar lugar a varias clases de tratamientos y, por supuesto, también regirse por varias intenciones. Hay quien preferiría el comentario sobre el tumultuoso contexto histórico-social, la reflexión política, el cuestionamiento ético y la denuncia. Desde una perspectiva distinta, otros narradores tal vez antepondrían el propósito de rodar una cinta con altas cotas de tensión o, principalmente, se detendrían a retratar varios tipos humanos inmersos en el drama de la violencia. Lo asombroso es que el realizador Yann Demange y el guionista Gregory Burke, en la primera obra de ambos para el cine tras sus respectivos pasos por la televisión, fueron capaces de unir en una única obra casi todas estas posibilidades, consiguiendo un equilibrio entre cada componente dispar. ’71 conjuga de manera pasmosa la excitación que solo los auténticos y certeros thrillers de acción pueden proporcionar, incluso recurriendo a fórmulas de wéstern y a no pocos aires a lo John Carpenter, con una visión obviamente no pormenorizada pero sí seria, sin un ápice de ligereza, del convulso contexto histórico. 

Como pesadilla del hombre que huye e intenta salvar la vida en una ciudad de Belfast con barrios sitiados, el largometraje muestra una serie de contundentes elementos sensoriales, apostando tanto por un realismo rudo como por un juego preciso de claroscuros que plasma, a su vez, la negra noche del alma que viven el protagonista y muchos de quienes se cruzan en su camino. Y respecto a la agitación visual, aunque la cámara al hombro que emplea Demange se mueva violentamente entre tinieblas y los estados febriles se disparen con las sucias luces anaranjadas que tiñen la imagen, cada escena se entiende perfectamente, un logro al alcance de muy pocos directores de cine de acción.

Al mismo tiempo, el complicado laberinto del conflicto se traza con líneas sucintas y claras en sus vericuetos de contendientes, facciones contrarias, facciones en principio amigas, pistoleros, encargados de la guerra sucia, gente común que sufre porque está en medio del escenario de lucha… El esfuerzo de los cineastas por explicar todo eso mediante una concisión narrativa a menudo extrema tiene unos resultados más que encomiables. Además, durante la huida a la desesperada de Hook, un protagonista que es ejemplo de lo bien que se puede trazar un personaje con tan poco, se va urdiendo un fragmento representativo del tejido humano —surgen personajes aquí y allá, explicados igualmente con dos o tres pinceladas— que conformaba el enfrentamiento en Irlanda del norte. En ’71 dicha huida es física, porque se cuenta cómo alguien intenta escapar de la muerte, pero es asimismo ética ante tantas, tantísimas sinrazones de las razones sostenidas por aquellos que rodean al saldado: razones de etnia, de ejército, de Estado; razones que hablan de la vileza humana.


Puedes ver la película ’71 en FILMIN


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71

 

71

Dirección: Yann Demange.

Intérpretes: Jack O’Connell, Paul Anderson, Richard Dormer.

Género: drama, thriller. Reino Unido, 2014.

Duración: 99 minutos.

 


 

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