Muñeco roto de carne y hueso

Santiago Alonso 


Hace cuatro años, Robert Zemeckis dirigió El desafío basándose en una historia real (el paseo que dio el acróbata francés Philippe Petit entre las Torres Gemelas de Nueva York) que ya había sido contada antes en un documental de éxito, Man on Wire (2008) de James Marsh. Ahora repite y con Bienvenidos a Marwen hace otra versión made in Hollywood de un relato biográfico de superación ante la adversidad que también tiene su correspondiente documental, el alucinante Marwencol (2010) dirigido por Jeff Malmberg. Quien haya visto este último o conozca la vida del dibujante estadounidense Mark Hogancamp se sorprenderá de lo  arriesgadísimo que es el proyecto del director de Regreso al futuro, porque el retrato humano que tiene entre manos posee una carga de dolor, oscuridad y extravagancia muy difícil de maquillar dentro de una estandarización narrativa para un amplio público.

Hogancamp perdió parte de la memoria y no pudo volver a dibujar a causa de una salvaje paliza que casi acaba con él. Solamente encontró la manera de expresar sus frustraciones, así como los aspectos más recónditos de su identidad, fotografiando en el patio trasero de casa muñecos articulados de soldados estadounidenses, oficiales nazis y figuras femeninas al estilo Barbie como si fuesen los habitantes de un imposible pueblo belga durante la Segunda Guerra Mundial. En el largometraje, Zemeckis ha reflejado todos los componentes del universo tenebroso y ambiguo del artista. Incluso durante las partes en las que imprime una tonalidad más propia del cine familiar, se dedica a hacer guiños basados en su filmografía o se muestra experto con la primorosa animación digital (las fantasías protagonizadas por los muñecos). Sin duda, resulta muy revelador el hecho de que firme el guion junto con Caroline Thompson, la mano derecha de Tim Burton en la escritura de Eduardo Manostijeras, Pesadilla antes de navidad y La novia cadáver.

La cuestión que mayor incomodidad suscita Bienvenidos a Marwen es la relación de Hogancamp con las mujeres, a quienes acaba tratando siempre a través de su copia en miniatura. A veces dicha circunstancia está asumida bajo una óptica de irritante indulgencia, pero es igualmente innegable que el cineasta, mediante algunos momentos expresivos muy potentes, compone un hondo retrato de alguien con el alma hecha trizas y graves problemas para percibir la realidad. Destaca la escena del sofá: la fotografía, el vestuario, el decorado y la lenta apertura hacia un plano general muestran la confusión entre la vida real y la de juguete en la que se ve inmerso el artista. Estos detalles se suman al notable trabajo de Steve Carell, un veracísimo muñeco roto de carne y hueso, dando como resultado un extraño y vibrante melodrama, no muy del agrado de los grandes estudios, que difícilmente habríamos imaginado ver de la mano de Zemeckis. Una pista la encontramos en el escaso número de pantallas que al menos el estreno español le concedió a un director tan taquillero.



 

BIENVENIDOS A MARWEN

Dirección: Robert Zemeckis.

Intérpretes: Steve Carell, Leslie Mann, Merritt Weber, Neil Jackson, Eiza González.

Género: drama. Estados Unidos, 2018.

Duración: 116 minutos.

 


 

1 Comentario »

  1. Zemeckis es uno de mis directores favoritos, y aunque no tengo muchas esperanzas en esta película creo que le acabaré dando una oportunidad. Espero que sea mejor de lo que me han dicho.

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