Santiago Alonso


En 1993, unas borrosas imágenes captadas por la cámara de seguridad de un centro comercial en el condado de Merseyside dieron la vuelta al mundo. En la grabación se veía a dos niños de diez años llevándose tranquilamente de la mano a otro de dos. Un par de días después el cadáver de este último apareció junto a las vías del tren. El espeluznante caso del asesinato de James Bulger horrorizó a la sociedad británica –¿cómo es posible que unos chavales pequeños torturaran y asesinaran salvajemente a otro?–, hasta hacerse un hueco en la memoria colectiva del Reino Unido. El asunto, además, se avivó con posterioridad con episodios como la exposición en la galería londinense Whitechappel de dos polémicas obras sobre el crimen, firmadas por el artista Jamie Wagg, y sobre todo con la puesta en libertad de los asesinos en 2001, cuando estos cumplieron la mayoría de edad y el Ministerio del Interior, considerando que estaban listos para la reinserción, les dio a ambos nuevas identidades, de las cuales una todavía permanece a día de hoy en secreto.

El caso ya inspiró un relato de ficción, la muy discutible película polaca Playground (2016), y ahora volvemos a encontrar su eco en La víctima, una formidable miniserie escocesa emitida hace apenas dos meses en la BBC One y que trae a España la plataforma FILMIN. Conviene hacer hincapié en que el argumento de la historia concebida por el guionista Rob Williams no se basa directamente en el asesinato de Bulger, pero sí recoge, de manera muy consciente, los encendidos debates que surgieron a raíz de la reincorporación a la sociedad de los dos condenados. Por ejemplo, está la cuestión del anonimato, que está protegido por la ley, incluso con penas de cárcel para quien desvele públicamente la identidad de ambos. Y, asimismo, se centra en una serie de preguntas que mucha gente se hizo. ¿Cómo será de mayor un niño asesino? ¿Qué garantías existen de una reinserción efectiva? ¿El hecho de que no sepamos quiénes son en realidad nuestros vecinos afecta a la seguridad de nuestros hijos? ¿El derecho de unos menoscaba el de otros?

El foco principal de La víctima se pone en dos personajes. Por una parte, una madre que, quince años después del rapto y asesinato de su pequeño, señala en internet al supuesto responsable de la atrocidad; por otra, el señalado, un joven conductor de autobuses y padre de familia que ve cómo todo empieza a desmoronarse a su alrededor cuando está a punto de morir a manos de un justiciero desconocido. Desde el punto de vista narrativo, los cuatro capítulos se sustentan sobre la base que establece la duda sin resolver de si el hombre es o no es, efectivamente, el exconvicto con una nueva vida. Y la intriga se mezcla de manera muy armónica con el drama policial y el judicial, mientras que el guion realiza un difícil trenzado de distintas líneas temporales que se mantiene firme hasta el final.

Sin embargo, más allá de la férrea construcción del relato, si hay algo que destaca es la inclusión de complejos dilemas morales con un ánimo genuinamente indagador, pues Williams no se conforma con discursos manidos, sino que analiza lo que entraña la condición de víctima de un crimen y la de criminal reinsertado, amén de explorar a conciencia el arquetipo del falso culpable. Todas las tensiones en danza y los recursos genéricos desplegados a lo largo de la miniserie, todos los personajes secundarios y sus subtramas, quedan a la fuerza en un segundo y hasta tercer plano en el momento en que la pantalla recoge, durante el capítulo final, el par de encuentros que entablan los dos protagonistas. En dichos momentos se activan al máximo tanto la dimensión trágica de la historia como el intento de dar sentido al discurso. Son unos cara a cara que rezuman dolor en cada plano y con cada palabra dicha, a la vez que se arroja algo de luz sobre la naturaleza del odio y de la culpabilidad cuando anidan dentro del alma de las personas; dos secuencias que por sí solas valen como tres o cuatro series enteras, gracias a la impecable escritura del guionista y la prodigiosa actuación de Kelly MacDonald y James Harkness.


Puedes ver LA VÍCTIMA en la plataforma FILMIN



 

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