Las cenizas de la crisis

Yago Paris


¿Cómo encontrar la salida cuando todas las puertas están cerradas? Esta pregunta rebota en el interior de la cabeza de César (Fran Paredes), el protagonista de La felicidad de los perros, un hombre de cuarenta años que vive con su mujer y su hija en un pueblo de Galicia. El sustento económico familiar proviene de ella, que conserva un trabajo de peluquera. Él lleva años en el paro, y hace tiempo que perdió la esperanza de encontrar una oportunidad. La vida rutinaria y la crisis de la mediana edad son barreras en el camino hacia la felicidad, pero no son nada comparado con las penurias económicas y el orgullo herido de una persona a la que, por la educación que ha recibido, le cuesta lidiar con el hecho de no ser el hombre el que lleve el dinero a su casa. Tras haber permanecido durante años en semejante pozo emocional, César decide dar un cambio a su situación, más por instinto que por lógica, sin ningún plan trazado y condenado a fracasar con rotundidad.

La cinta de David Hernández, debutante en la dirección de largometrajes, se construye como una suerte de road movie de la precariedad. Rodada en austero blanco y negro y ambientada en un conjunto de no lugares, que sirven para retratar el estado emocional del protagonista, La felicidad de los perros expone el viaje de César de Galicia a Madrid, en la búsqueda de una oportunidad de trabajo, o eso se dice a sí mismo. La decisión se entiende más como un acto de desesperación ante sus circunstancias que como un intento realista de cambiar su situación económica, lo que acerca la propuesta a Eyes wide shut, una cinta con la que en primera instancia se podría pensar que no presenta ninguna similitud. Sin embargo, al igual que el personaje de Bill, al que daba vida Tom Cruise, César confía su suerte a lo que Freud definió como pulsión de muerte, que poco a poco lo introduce en un universo cada vez más turbio, sobre el que no tiene control y que amenaza con poner en riesgo su vida, hasta el punto de que acaba en la indigencia, compartiendo una casa abandonada con un personaje atormentado e imprevisible. Con una soberbia capacidad para la observación de la condición humana, especialmente en sus momentos más miserables, David Hernández trasciende el juicio fácil y entrega un ejercicio de empatía hacia la cara oscura del alma.


La felicidad de los perros crítica Insertos


la felicidad de los perros póster cartel

 

LA FELICIDAD DE LOS PERROS

Dirección: David Hernández.

Reparto: Fran Paredes, Deborah Vukusic, Santi Prego, Isabel Naveira, Mariana Carballal, Mani Braga, Cándido de Castro, Antela Cid, Alfonso Penabade,

Género: Drama. España, 2018.

Duración: 79 minutos.


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