Un juego de terror que se llama vivir

Santiago Alonso 


Cry Wolf (2005) podría haber pasado por uno más de aquellos slasher tan sosos que se hacían a finales del pasado siglo y principios del presente, si no fuera porque al final, pese a las premisas iniciales, se desviaba por sorpresa hacia otros derroteros genéricos y ofrecía una actualización bastante atractiva, en clave adolescente, de la clásica figura de la femme fatale. Su director, Jeff Wadlow,  vuelve con Verdad o reto a un punto de partida argumental muy similar —a causa de un juego en apariencia inocente, los jovenzuelos protagonistas se exponen a un peligro mortal— para abordar esta vez el género de terror sobrenatural e intentar repetir la apuesta: adscribirse a un modelo muy trillado y descolgarse después con algún tipo de inesperada variante. En concreto, el largometraje sigue la onda de Destino final, una saga que se ha convertido en referencia que se sigue homenajeando (copiando), y el resultado sobrepasa el concepto de curiosidad para constituirse directamente como extrañísimo objeto cinematográfico.

¿Tiene la cinta momentos ridículos? Unos cuantos. ¿Sus diálogos son tontorrones? Muchas veces. Sin embargo, el cúmulo pertinaz y desprejuiciado de tantos elementos extravagantes va construyendo la particularidad y, a mitad de metraje, el enredo trasforma lo simplón en un inquieto runrún. Con ritmo y constancia, las secuencias fluyen. Y llega un momento en que el espectador empezará a preguntarse por lo que pasará después del próximo impacto y del siguiente. Las maldiciones mexicanas y sus espíritus apenas importan más allá del susto, pues los sufrimientos que aprisionan a los personajes son, ante todo, traumas personales, secretos y mentiras que ha destapado el juego maléfico. En Verdad o reto los monstruos son los abusos sexuales, la pérdida de seres queridos, la ocultación de la homosexualidad, el miedo al rechazo social, la traición a los amigos y la lucha por mantener los ideales cuando la vida te pone en difíciles tesituras. Si a todo esto se le añade la efectividad de unos recursos tremendamente básicos —un toquecillo de maquillaje, unas lentes rojas y una pincelada digital para los rictus demoniacos—, debemos decir que nos encontramos ante una rareza que no será difícil reivindicar hoy ni tampoco el día de mañana.



VERDAD O RETO

Dirección: Jeff Wadlow

Intérpretes: Lucy Haley, Tyler Posey, Violett Beane

Género: terror. Estados Unidos, 2018

Duración: 80 minutos

 


 

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