The Crucifixion
Muerte de una monja Entre los subgéneros del cine de terror, el de las posesiones demoniacas es el que probablemente ha tenido un recorrido histórico menos interesante, sobre todo por […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Muerte de una monja Entre los subgéneros del cine de terror, el de las posesiones demoniacas es el que probablemente ha tenido un recorrido histórico menos interesante, sobre todo por […]
Entre los subgéneros del cine de terror, el de las posesiones demoniacas es el que probablemente ha tenido un recorrido histórico menos interesante, sobre todo por su subordinación casi constante a los tópicos marcados por El Exorcista (1973), la obra capital de esta temática. Y la tendencia posterior a inspirarse en casos reales que impulsó El exorcismo de Emily Rose (2005) no ha servido precisamente para mejorar. A este filón pertenece The Crucifixion, que tiene detrás la terrible historia del exorcismo de Tanacu, un caso que conmocionó Rumanía hace poco más de una década. La muerte de una monja ortodoxa a manos de los religiosos que la encerraron y sometieron a exorcismo provocó gran indignación, cuyo reflejo en la prensa, tanto nacional como internacional, señalaba una vergonzosa vuelta al Medioevo que un país europeo del siglo XXI no podía permitirse.
Un par de novelas de no ficción escritas por la autora Tatiana Nicolescu Bran contaron la historia con gran sentido crítico, libros que, a su vez, fueron la base sobre la que Cristian Mungiu construyó la demoledora Más allá de las colinas (2012), pero Xavier Gens y su equipo han desechado muy rápidamente en esta producción cualquier posibilidad de tratar el conflicto entre modernidad y oscurantismo, de reflexionar acerca de la naturaleza profunda de los miedos, conformándose con presentar la anodina película de exorcismos ya vista varias veces, sin que le falte ni una de sus consabidas mecánicas. Una o dos imágenes poderosas (como un vello púbico femenino formado por insectos) constituyen un insignificante saldo que ni siquiera satisfará al más conformista de los espectadores, mientras que no sobran motivos para que el resto tuerza el gesto, básicamente por un desaprovechamiento de la historia real muy cercano al desprecio. Un ejemplo constante de ello es una ambientación que sólo en otro contexto fílmico podría tener su sentido y no incitaría, según se mire, a la irritación o el cachondeo: la Rumanía rural de 2016 que vemos en The Crucifixion parece un mercado temático medieval que dura todo el año.
THE CRUCIFIXION
Dirección: Xavier Gens.
Intérpretes: Sophie Cookson, Cornleiu Ulici, Matthew Zajac, Britanny Ashworth.
Género: terror. Reino Unido, 2017.
Duración: 90 minutos.