La montaña entre nosotros (The Mountain Between Us)

Supervivencia sin prejuicios

La magnífica Omar (2013), que era una sorprendente muestra de férrea historia hard-boiled trasplantada al conflicto de la Palestina ocupada, servía para corroborar que Hany Abu-Assad es un director muy consciente del concepto “género” y de las posibilidades que el mismo brinda. Piensa en él, sabe elaborarlo y aplicarlo a sus intenciones. Por eso, en un primer momento, no debería extrañar que haya dirigido una película tan marcada genéricamente como La montaña entre nosotros, su segunda producción estadounidense (en 2012 hizo The Courier, un thriller que casi nadie ha visto). O tal vez sí extrañe, por la elección concreta de género, en este caso el romántico. Romántico sin coartadas ni fondos sociopolíticos. Viendo el resultado es muy difícil establecer a qué obedece el cambio de registro en el director palestino (¿ha hecho el filme por razones meramente económicas o hubo una peculiar corazonada de autor cuando le ofrecieron un proyecto ya en desarrollo?), pero sí queda claro que ha reflexionado sobre las posibilidades del material que tenía entre manos, y ha obrado en consecuencia.

Un hombre, una mujer, un perro y una montaña son los únicos elementos de una historia de supervivencia en la nieve y supervivencia del alma a través del amor. Aunque la exploración de la esencialidad que brinda la propuesta, el “menos es más”, no llegué a funcionar en un buen puñado de secuencias, hay que señalar que Abu- Assad reivindica aquí su condición de narrador, demostrando capacidad para modular con sencillez los distintos rangos de emociones que maneja (la aventura, el enamoramiento) y sin los rebuscados artificios narrativos que están presentes en otras películas similares. Y también hay que celebrar, por qué no, la honestidad con la que el director abraza una historia de este signo… a despecho de las miradas prejuiciosas.