La condescendencia huele a rancio


Hablar de una juventud perdida, sin valores ni ideales, enfrascada en el materialismo y la frivolidad compulsiva, es un tópico que se ha repetido desde los tiempos de Sócrates. Si lo hacemos ahora, sin embargo, no sería justo omitir del análisis la convulsa situación en la que se encuentra la juventud occidental de hoy en día, obligada a afrontar un futuro marcado por las secuelas de una crisis económica de orden mundial. Probablemente por dicho motivo, en los últimos años han germinado toda una serie de películas que se centran en analizar este espectro de la población, las características que lo definen y las perspectivas que tienen para salir adelante los jóvenes, habida cuenta de que ahora deben enfrentarse a una situación económica bien diferente a aquella en la que fueron criados.

El punto de partida de Home, obra de Fien Troch, es la descripción de un grupo de amigos preuniversitarios de clase media. La cinta belga profundiza en su visión del mundo, sus relaciones, sus problemas y la siempre tensa convivencia con la familia, que es un cruce de generaciones que están condenadas a la incomprensión mutua. La directora quiere mostrar una realidad cruda, carente de toda amabilidad -incluso de humanidad-, y para ello opta por la vía de la provocación explícita. El mayor problema de escoger esta opción es que resulta sencillo limitar el discurso a la imagen impactante, pero carente de contenido.

Quizás Troch, una persona de 39 años que pretende hablar sobre el universo adolescente, se lanza a una piscina vacía a la hora de hablar sobre esta generación. Nada en la cinta indica que la directora conozca en profundidad aquello de lo que habla, pues tanto los elementos que utiliza como la profundidad de las reflexiones reflejan una mirada condescendiente que no pasa del estereotipo. Da la impresión de que la directora siente que provoca al mostrar penes en erección, escenas incestuosas o crímenes sangrientos. Quizás considera que el retrato de los jóvenes protagonistas es elaborado y certero, a pesar de que se limita a mostrarlos como frívolos consumidores de droga, como seres que sólo entienden su realidad a través de la pantalla de un teléfono móvil y cuya máxima aspiración es ser los más duros del instituto. Es decir, la mirada estereotipada que desde fuera se tiene sobre la generación millennial; un discurso bien cercano al que publicó Antonio Navalón en el diario El País, el 13 de junio de 2017, de título «Millennials: dueños de la nada».

A fin de cuentas, la autora de Home parece haberse retratado a sí misma de manera involuntaria en el rol de la madre de uno de los protagonistas. Esta, con toda su buena intención y con la seguridad de que ha dado en el clavo, cree que está siendo moderna al regalarle una televisión a su sobrino, cuando este, al igual que sus compañeros, ya consume todo el audiovisual desde su smartphone. Fien Troch, quien cree que está diseccionando el presente, no parece darse cuenta de que su obra llega con 10 años de retraso. 


home critica atlantida film fest fien troch


home critica atlantida film fest fien troch

 

HOME

Dirección: Fien Troch.

Género: Drama. Bélgica, 2016.

Reparto: Sebastian Van Dun, Loïc Bellemans, Karlijn Sileghem, Mistral Guidotti.

Duración: 107 minutos.

 


 


Fotografías: Filmin. 


 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.