Mutante crepuscular
¿Alguien lo recuerda ya? Han pasado más de quince años desde que los acérrimos aficionados a los tebeos del universo mutante de la Marvel pusieran el grito en el cielo al enterarse de que Hugh Jackman encarnaría a Lobezno en la adaptación cinematográfica que preparaba Bryan Singer y que acabó siendo la celebrada X-Men (2000). Que el actor australiano lo tomara como el hasta ahora personaje más importante de su carrera y revirtiera cualquier queja previa en un abrazo entusiasta de su labor, propició que, entre otras cuestiones, se ampliara la andadura del atormentado superhéroe con la serie de películas centradas exclusivamente en su figura. Y tanto ha aportado Jackman al ciclo que nadie discutirá que se le haya otorgado a su Lobezno el privilegio de cerrarlo. Logan supone, pues, la despedida de un mundo de ficción compuesto por nueve títulos, incluyendo este: la primera trilogía (X-Men, X-Men 2, X-Men: La decisión final), la segunda (X-Men: Primera generación, X-Men: Días del pasado futuro, X-Men: Apocalpsis) y la propia (X-Men Orígenes: Lobezno, Lobezno Inmortal). Todo tiene su fin… al menos hasta que surjan nuevos mutantes o se tire de universos paralelos, prácticas habituales hasta ahora en los tebeos.
Inspirándose en la miniserie Old Man Logan de Mark Millar (a la escritura) y Steven McNiven (al dibujo), y en la génesis del personaje de X3-Laura Kinney, creado por Graig Kylem, el director James Mangold acomete la empresa de preparar el gran colofón adoptando un tono crepuscular y elegiaco. La sorpresa viene cuando comprobamos que se decanta por una postura de alejamiento tal, que no solo le lleva a situarse prácticamente con un pie fuera de la ficción marveliana, una decisión tan buena o tan mala como cualquier otra, sino a procurar a toda costa presentarse como película de otro género. A Mangold le interesa muchísimo más introducir en la narración elementos de otras ficciones muy distanciadas de lo que significa un mundo de superhéroes – no tanto el western a lo Raíces profundas, película que se cita, como las road movies, las turbias historias de frontera estadounidense con México y los relatos de sucesos al estilo de A sangre fría – que explorar y modelar las posibilidades que cualquier tebeo ofrece y que los de los mutantes de Marvel siempre han permitido. Y si, al final, a esta actitud se le suma un trazado de la ruta excesivamente convencional, a la cual se le van notando mucho (y sin gracia) los pasos que marcan los preceptistas del guion en sus manuales, el resultado es que Logan emprende este viaje de despedida con las alforjas medio vacías, demasiado para lo que se merecían el ciclo y los trabajos de Jackman, y un estupendo Patrick Stewart de nuevo como el Profesor X. ¡Qué distintas las sensaciones entre un personaje mutante como Calibán (Stephen Merchant) y unos villanos armados con metralletas y que atacan subidos a un todoterreno!
LOGAN
Dirección: James Mangold.
Intérpretes: Hugh Jackman, Patrick Stewart, Stephen Merchant, Dafne Keen.
Género: fantasía, acción. Estados Unidos, 2017
Duración: 137 minutos