Márgenes VI / Pasaia Bitartean
Cartografía del recuerdo El municipio costero de Pasajes –Pasaia en vasco- es de esos que viven de cara al mar. El núcleo urbano se construyó a lo largo de la […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Cartografía del recuerdo El municipio costero de Pasajes –Pasaia en vasco- es de esos que viven de cara al mar. El núcleo urbano se construyó a lo largo de la […]
El municipio costero de Pasajes –Pasaia en vasco- es de esos que viven de cara al mar. El núcleo urbano se construyó a lo largo de la bahía, verdadera protagonista del lugar y a la que se le ha sacado el máximo partido a través de su importante puerto industrial. Pasajes mira al mar, pero también mira al pasado. Este municipio, su arquitectura, su desarrollo y su estado actual, no puede entenderse sin hacer una valoración retrospectiva. La mayor relevancia de los puertos industriales de Bilbao y Bayona ha inutilizado el de Pasajes, y los efectos de las sucesivas crisis han hecho el resto: la reducción de la población, el abandono de zonas urbanizadas -especialmente las relacionadas con la industria- o la reconversión del puerto hacia la actividad turística reflejan un panorama de cierta decadencia, de un tiempo pasado que siempre fue mejor. Pasajes sigue vivo, pero su mirada parece incapaz de desanclarse de sus recuerdos, y sus cicatrices industriales explicitan el diseño del pueblo y el uso que en su día se le dio. Ante este panorama, el documental Pasaia Bitartean (2016) se sitúa como una bisagra entre el presente y el pasado, a la vez que establece un diálogo con la arquitectura del lugar y con la manera en que sus gentes lo habitan.
El proyecto nace de la idea de Jonander Agirre, arquitecto y productor de la cinta, quien en 2013 desarrolló un proyecto de arquitectura que llevaba el mismo nombre que el documental. La directora, Irati Gorostidi, se aproxima a esta premisa a través del poder de las imágenes para captar ideas y relacionarlas entre sí. En Pasaia Bitartean se prescinde de aclaraciones que pongan a su público en contexto, ya sea mediante rótulos o a través de una voz en off que trence el discurso. Las únicas muestras orales son dos escenas bien diferentes, en las que la voz le toma la delantera a la imagen. Se trata de dos reflexiones: una la lleva a cabo uno de los habitantes del pueblo, quien desarrolla un discurso improvisado que nace de las entrañas; la otra reflexión consiste en una voz en off tan analítica como poética, que fue guionizada a cuatro manos entre la directora y la productora Ana Aitana Fernández. Dos disrupciones de estilo que sorprenden pero no desentonan con la propuesta; muchas y diferentes son las visiones de Pasajes, al igual que los enfoques a partir de los que escrutar dicho pueblo.
Con un conjunto de planos fijos, Irati Gorostidi arma un discurso sólido que centra su reflexión en la imposibilidad de borrar la huella del pasado en este municipio. Muestra de ello es ese puerto que apenas presenta actividad y que ahora acoge la visita de cruceros, o esa presencia de lo industrial en cada aspecto de la vida del pueblo y cómo esta ha calado en el imaginario colectivo a través del ruido propio de dicha actividad: chirridos de ferrocarril, martillazos, sierras en acción o motores en marcha trazan una línea de sonido que resulta determinante en Pasaia Bitartean, pues la directora lo convierte en el verdadero hilo conductor del relato. Una decisión nada casual, dadas las características del municipio y lo que supone haber vivido en estos ambientes. Esta idea se recoge en la escena del concierto de música que tiene lugar en unas piscinas que han sido abandonadas. En ella se conjugan todos los elementos hasta ahora expuestos, a la vez que se plantea la idea más sugerente del film: ese incesante ruido que caracteriza a Pasajes ha calado tan hondo en sus habitantes, que llega a condicionar la creación artística de los mismos. De esta manera, se sugiere que la ruidosa música hardcore que se interpreta en el concierto es hija legítima de esa perenne banda sonora industrial. Ruido e industria, imagen y sonido, presente y pasado confluyen en este documental, que se establece como el retrato poliédrico de un presente que mira al pasado, en una suerte de trazo cartográfico que se empapa de poesía industrial.
PASAIA BITARTEAN
Dirección: Irati Gorostidi.
Género: Documental. España, 2016
Duración: 51 minutos