No respires (Don’t Breathe)
Terror ciego en la ciudad de los fantasmas Símbolo y concreción en el seno de los Estados Unidos de la quiebra del sistema capitalista mundial, Detroit ha pasado a convertirse […]
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Terror ciego en la ciudad de los fantasmas Símbolo y concreción en el seno de los Estados Unidos de la quiebra del sistema capitalista mundial, Detroit ha pasado a convertirse […]
Símbolo y concreción en el seno de los Estados Unidos de la quiebra del sistema capitalista mundial, Detroit ha pasado a convertirse en escenario idóneo donde el nuevo cine norteamericano sitúa desesperanzas y terrores. Los vampiros de Solo los amantes sobreviven recorrían por la noche la antigua Ciudad del Motor contemplando las ruinas de la civilización occidental, mientras que los protagonistas de It follows, adolescentes sin adultos al lado, intentaban abandonar sus calles y solo podían practicar una escapatoria que nunca acababa. Y ahora No respires, película en la cual el trasfondo de la crisis y la miseria dentro de las clases menos favorecidas es bien patente, realiza el mismo viaje en esta puesta al día de los suspenses de Sola en la oscuridad y Terror ciego, o la mismísima La escalera de caracol, cinta sin invidente pero seminal a la hora de establecer no pocas gramáticas, no pocos motivos y espacios recurrentes que retornan incluso en 2016.
El director uruguayo Fede Álvarez, quien hizo un excelente remake de Posesión infernal, construye su casa del miedo en un barrio fantasma y coloca dentro a tres ladronzuelos que entran con intención de robar al dueño ciego. La gran novedad estriba en que la correlación de fuerzas se invierte al pasar los asaltantes a ser las victimas. Álvarez activa la tensión ejecutando un continuo ejercicio de estilo a la hora de desarrollar el brutal juego de los ratones y el gato. Ese supone el grueso, y no es poco el mérito, de la propuesta aunque el director y Rodo Sayagues, su coguionista habitual, la completan con un prólogo ejemplar en cuanto a una capacidad de concisión narrativa muy propia de la mejor serie B de antaño, y con dos homenajes, el primero a un historia muy reconocible de Stephen King, el segundo a la obra maestra de Jonathan Demme.
No respires triunfa de principio a fin en cuanto a planteamiento formal de lo electrizante y terrorífico. Otra cosa serán, sin embargo, los puntos que van restando al conjunto. El giro narrativo con el que empieza el último tercio de película entraña una irrupción del esperpento que no molestará al aficionado natural al género de terror. Muy probablemente sea al contrario. Tampoco el ramalazo misógino, no obstante provenga tal vez más de los creadores que de la naturaleza del personaje que lo protagoniza, tiene mayor recorrido. Lo peor es que director y guionista acaban abusando bastante de la buena voluntad del espectador para hacer las vista gorda ante los descuidos o las suspensiones extremas de la verosimilitud. Ay, esos barrotes de una ventana que aparecen y desaparecen a conveniencia. Ay esa facilidad (¡y rapidez!) de un ciego para moverse por las calles y descampados de Detroit.
NO RESPIRES
Dirección: Fede Álvarez.
Intérpretes: Jane Levy, Stephen Lang, Dylan Minnette, Daniel Zovatto.
Género: thriller terror. Estados Unidos, 2016
Duración: 88 minutos.