Zoolander 2
Vuelven los supermodelos Santiago Alonso No se entienden muy bien del todo cuáles son las dinámicas que explican el éxito o el fracaso de las comedias paródicas, cuándo son un […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Vuelven los supermodelos Santiago Alonso No se entienden muy bien del todo cuáles son las dinámicas que explican el éxito o el fracaso de las comedias paródicas, cuándo son un […]
No se entienden muy bien del todo cuáles son las dinámicas que explican el éxito o el fracaso de las comedias paródicas, cuándo son un acierto o una autentica sandez. Quién sabe por qué, por ejemplo, últimamente recibieron atención títulos como, ay, Casi 300 o Epic Movie, mientras que casi nadie hizo caso a la fantástica Movie 43. Respecto a otras, también resultaba diferente Zoolander. La hacía Ben Stiller en funciones de protagonista, director, productor y coguionista. Extravagante y jaranera, traspasando a menudo la línea del absurdo y gozándolo, tenía personalidad propia en cuanto a comedia (cuando hacía de su razón de ser la mofa del fashionismo y las vanidades de la alta costura), y en cuanto a parodia (al tomar como base para el despiporre los filmes de suspense con asesinato político, El mensajero del miedo en particular). Fueran mejores o peores las gracias, la comicidad concebida y construida por Stiller se disfrutaba, aparte de que jugaba con la baza, más anecdótica que jugosa, de la sorpresa: de Donald Trump a David Bowie, no cesaba el desfile de personalidades haciendo de sí mismas.
De alguna manera había que poner los mismos elementos a funcionar de nuevo en Zoolander 2: comedia, parodia y famosos a tutiplén. Stiller ha decidido pegarse a lo ya hecho, y la secuela está guida guiado más por el automatismo y la comodidad que por el impulso inquieto de la primera. Desde ese prisma, constituye por tanto poca sorpresa que haya tomado las películas de espías como trillado modelo de chufla mediante el cual contar las nuevas aventuras de los dos supermodelos y superbobos Derek Zoolander (Stiller) y Hansel (Owen Wilson). Y es un hecho patente que la ironía contra el loco, loco, loco paraíso de la moda ha perdido frescura.
Aun discurriendo a un ritmo frenético que no poseía su predecesora, Zoolander 2 no evita del todo la evidencia de parecer, sin más, una reunión de sketches con un débil sentido interno. Tiene en su contra factores como el exceso de cercanía a varios chistes de la primera ㅡlo que requiere recordarlos de antemanoㅡ, algunas referencias y claves que dejarán frío al espectador no norteamericano o el desaprovechamiento de algunas presencias actorales, véase la de Kristen Wiig. Y a favor… pues ciertos sketches, la chispa intacta de los personajes que componen los dos cómicos de categoría que son Stiller y Wilson, las miradas Acero Azul de Zoolander y las orgías de Hansel, el mayor espacio concedido a Will Ferrell, y la incorporación a la juerga de la espía cañón, albaceteña y con fuertes ecos eurospy años sesenta, que encarna Penélope Cruz.
ZOOLANDER 2
Dirección: Ben Stiller.
Intérpretes: Ben Stiller, Owen Wilson, Penélope Cruz, Will Ferrel, Christine Taylor.
Género: comedia. EE UU, 2016.
Duración: 102 minutos