Lejos de los hombres (Loin des hommes)
Desierto narrativo Nick Cave no se conforma con la música. Los escarceos cinematográficos del australiano combinan aportes musicales con cameos como actor y la escritura de guiones. La figura de su […]
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Desierto narrativo Nick Cave no se conforma con la música. Los escarceos cinematográficos del australiano combinan aportes musicales con cameos como actor y la escritura de guiones. La figura de su […]
Nick Cave no se conforma con la música. Los escarceos cinematográficos del australiano combinan aportes musicales con cameos como actor y la escritura de guiones. La figura de su amigo, el director John Hillcoat, siempre ha rondado sus proyectos, en los que han desarrollado estrechas colaboraciones. Los tres libretos que ha escrito los ha dirigido este también australiano realizador: Ghost…of the civil dead (1988) –escrito a 10 manos–, La propuesta (2005) y Sin ley (2012). Pero el vínculo no termina aquí. La música siempre será el campo creativo que predomine en su carrera, y qué mejor manera de combinar estas dos artes que mediante la composición de bandas sonoras. En esta parada se sube un tercer nombre, Warren Ellis. Juntos han desarrollado la partitura de la segunda y la tercera de las películas citadas y otra más de este director, La carretera (2009). Una carrera conjunta que se prolonga más allá de la obra de Hillcoat y en la que predomina el western, como es el caso de El asesinato de Jesse James por el cobarde de Robert Ford (Andrew Dominik, 2007) o la película que justifica toda esta introducción, Lejos de los hombres (2014).
La película de David Oelhoffen desplaza las tramas del Lejano Oeste a los desiertos argelinos de mitad del siglo XX. De notorio recorrido internacional y habiendo triunfado en la edición de 2014 del Festival de Venecia, en la que se alzó con los premios SIGNIS, Arca Cinema Giovani e Interfilm, el director francés adapta de su puño y letra el relato El huésped (1957), escrito por el franco-argelino Albert Camus –El extranjero (1942)–. La trama se sitúa en pleno estallido independentista del Frente Nacional de Liberación de Argelia contra la ocupación francesa, conflicto en el que el escritor participó activamente como pacifista defensor de la población civil, sin atender a bandos ni nacionalidades. Una postura que la película mantiene en la figura del personaje interpretado por Viggo Mortensen, probable reflejo de los ideales de Camus y de su mestizaje cultural.
La Argelia de Oelhoffen se viste de una aridez que congela de frío y de estatismo, y buena parte del mérito reside en la excelente banda sonora que presenta el dúo Cave-Ellis. Temas electrónicos cercanos a lo onírico, que huyen de estereotipos musicales ligados a la cultura árabe, complementan el silencio de unos diálogos que aciertan en escasear. Pero este intento de narración hipnótica se convierte en somnífero que estanca la narración en una planicie que contrasta con la abrupta orografía del paisaje magrebí. Los planteamientos no pasan del esbozo y los personajes principales quedan desconectados del conflicto armado, sin que quede claro si era ésa la intención de la historia. La relación de esta pareja protagonista ocupa los mejores momentos de la obra, pero una tendencia al brochazo impide una mayor profundidad en un material que aspiraba a estar a la altura de las etéreas notas musicales que lo acompañan.
Dirección: David Oelhoffen
Intérpretes: Viggo Mortensen, Reda Kateb, Djemel Barek, Vincent Martin, Nicolas Guiraud, Jean-Jérôme Esposito
Género: Western. Francia, 2014
Duración: 101 minutos