Nuestro último verano en Escocia (What We Did on Our Holiday)

Con niños y nada más que niños

Andrew Hamilton y Guy Jenkins debutan en el largometraje para el cine con Nuestro último verano en Escocia, y lo hacen practicando la misma técnica que se ha convertido en la seña de identidad de su trabajo para la televisión británica. La pareja creativa —escriben, dirigen y producen al alimón— fue responsable de Outnumbered (2007-2014), serie de la BBC en torno a un matrimonio con tres hijos que basó gran parte de su éxito en la conjunción de las escenas que interpretaban los adultos y las protagonizadas por los chavales. Las primeras se rodaban siguiendo las habituales escrituras de cualquier guion, pero las segundas eran fruto del trabajo directo con los niños actores y basado en considerables dosis de improvisación y un fluir naturalista.

Esta película se propone continuar la senda creativas de la serie. Mismo método de trabajo, mismo punto de partida desde un núcleo familiar similar. En este caso, el marido y la mujer (David Tennant y Rosamund Pike) ocultan a los demás la intención de romper la pareja, mientras que, para empeorar las cosas, deben enfrentarse a dos de esas situaciones familiares tan complicadas y que suelen resultar un fuente de disgustos: un interminable viaje en coche todos juntitos, y un cumpleaños con fastos y abundancia de invitados por quienes no se siente especial simpatía. Para rematar la faena, el homenajeado (Billy Connolly) es el padre del marido y se encuentra seriamente enfermo.

Hamilton y Jenkins hacen gala de una habilidad muy bristish al presentar una historia coral que atraiga a todas las edades, jalonando drama y comedia. Esta última, incluso, tiene tintes negros y a los niños como protagonistas. Sin olvidar que, estando hecha para la familia, modula bajo ese prisma sus temas. La única pena es que la realización no se despegue del medio televisivo, y uno se pregunta si tal vez este material no se hubiera adaptado mejor al formato de una mini-serie —tipo Single Father (2010), que protagonizó el gran Tennant. Las tramas de los adultos quedan más desdibujadas, por lo que nuevamente, el auténtico motivo de disfrute de Nuestro último verano en Escocia son las fenomenales secuencias con niños y nada más que niños. Los personajes interpretados por los pequeñuelos Emilia Jones, Bobby Smalldridge y Harriet Turnbull ponen los puntos sobre las íes y se adueñan de la pantalla ante los mayores. Tennant y Pike, aquí, solo pueden dar un paso atrás y colocarse en segunda fila.