Rastros de sándalo
Dos ciudades para dos hermanas Santiago Alonso Gentío, vehículos, edificios, luces en movimiento, ajetreo, más gentío y más tráfico: al final de la larga presentación de Rastros de sándalo la […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Dos ciudades para dos hermanas Santiago Alonso Gentío, vehículos, edificios, luces en movimiento, ajetreo, más gentío y más tráfico: al final de la larga presentación de Rastros de sándalo la […]
Gentío, vehículos, edificios, luces en movimiento, ajetreo, más gentío y más tráfico: al final de la larga presentación de Rastros de sándalo la cámara recorre por última vez las calles de Mumbai, la ciudad más poblada de la India y capital cinematográfica del país, para acompañar en su viaje al personaje de Mina, toda una gran una estrella de Bollywood cuya vida quedó marcada cuando la separaron a edad temprana de su hermana pequeña Sita. El montaje imprime velocidad, hay agitación y la imagen se desenfoca por momentos hasta que lo que era Mumbai pasa a ser Barcelona: cambiamos de una ciudad a otra a través del mismo hilo conductor, con una secuencias sin transiciones aparentes que da a la perfección el sentido del nuevo trabajo de Maria Ripoll (Lluvia en mis zapatos, Mi vida en 65’). Es una historia de cruce de culturas, una película mestiza sobre lugares y espíritus mestizos.
Basado en una de las partes de la novela homónima escrita por Asha Miró junto a Anna Soler-Pont, y escrito y producido también por esta última, el filme crea un mismo espacio a partir de dos mundos que en principio parecerían distintos y no lo resultan tanto. El objetivo de las narradoras es enmarcar todo un relato al femenino del hermanamiento. Una historia de amor entre hermanas que se buscan, y una historia de mujeres que afrontan el reto de reconstruir las identidades propias y las mutuas. Dos conflictos que se encargan impecablemente de sostener dos intérpretes que provienen de ámbitos productivos y formaciones diferentes, la india Nandita Das y la catalana Aina Clotet. Resulta felicísima la conjunción.
Proyecto también al femenino —pues desde la casa productora Pontas Films se decidió que a cargo de cada equipo (producción, fotografía, sonido, arte, vestuario, música) estuviera al frente una profesional del sector—, a Restos de Sándalo le perjudica, sin embargo, la ausencia total de riesgos, la renuncia a sostener cualquier conflicto con el público. Aun así, sus autoras consiguen mantener en pie la película gracias a un equilibrio que sortea la sensiblería y el dramón, al uso de un juego concreto de metalingüística cinematográfica llevado con brillantez y a la voluntad bien resuelta de ofrecer a los espectadores (sobre todo a las espectadoras más jóvenes) referentes de mujer diversos a los habituales que se ven siempre en las pantallas. Esto último se agradece y mucho.
RASTROS DE SÁNDALO
Dirección: Maria Ripoll.
Intérpretes: Aina Clotet, Andita Das, Naby Dakhli, Godeliv Van der Brandt, Rosa Novell.
Género: drama. España, 2014.
Duración: 95 minutos.