El fotógrafo de Minamata (Minamata)
En el pueblo contaminado Santiago Alonso Este mes se han cumplido setenta años de la publicación en la revista estadounidense Life del célebre reportaje «Spanish Village», una de las obras […]
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En el pueblo contaminado Santiago Alonso Este mes se han cumplido setenta años de la publicación en la revista estadounidense Life del célebre reportaje «Spanish Village», una de las obras […]
Este mes se han cumplido setenta años de la publicación en la revista estadounidense Life del célebre reportaje «Spanish Village», una de las obras maestras del fotoperiodismo mundial y que desató una indignada reacción por parte de la prensa franquista debido a la manera en que se retrataba la pobreza en la localidad cacereña de Deleitosa. Instantáneas como la de los tres guardias civiles o la del velatorio revelan el gusto de su autor, Eugene Smith, por una fotografía en blanco y negro cuya composición remite a la intensidad y el dramatismo de los grandes maestros de la pintura. Se comprueba también en la que probablemente sea su obra más conocida, «Tomoko Uemura en su baño», perteneciente a la serie de fotos que sacó a principios de los setenta en el pueblo pesquero de Minimata (Japón), donde fue para documentar los estragos provocados por la contaminación industrial con mercurio. En ella retrató a una madre con su hija, que nació con deformidades y daños cerebrales gravísimos.
Meticuloso hasta la extenuación, y dando suma importancia al aspecto autoral de su actividad, a Smith le guiaba la conciencia social, así como un interés humanista por lo que veía a través de su objetivo. El fotógrafo de Minamata cuenta ni más ni menos que un «cómo se hizo» ficcionalizado de aquella foto, un relato sobre todos los acontecimientos previos al clic definitivo. Se habla, pues, sobre el activismo contra los poderosos, la lucha por la justicia y la importancia de que profesionales como Smith, los consideremos artistas o periodistas, no abandonen el compromiso con los desfavorecidos. Al mismo tiempo se señalan los acontecimientos de ese enclave japonés como un eslabón más en la cadena de la destrucción de la naturaleza por la mano del hombre. Por tanto, poco que objetar a tan buenas intenciones. Otra cosa muy distinta es la manera en que se realizan.
El director y guionista Andrew Levitas plantea un docudrama de una planicie manifiesta, sin insuflar una gota de energía a la historia o salirse de lo rutinario ni un milímetro. Algo de interés tienen las pinceladas de cómo el protagonista, interpretado por Johnny Depp, revelaba en el cuarto oscuro o se planteaba una sesión, pero resultan estas tan insuficientes que acaban poniendo aún más de manifiesto la oportunidad desperdiciada. Se han quedado en el tintero muchos temas, por ejemplo, el cuestionamiento que a veces se ha hecho de la objetividad «preparada» de Smith. En cualquier caso, ya solo por el impacto estético, si una pequeña parte de la película se sustituyera con la filmación, aunque fuera estática, de varias muestras originales del trabajo de Smith, que apenas se entrevén, El fotógrafo de Minamata habría ganado varios puntos. Quién sabe por qué a Levitas no se le ocurrió algo tan sencillo y natural.
EL FOTÓGRAFO DE MINAMATA
Director: Andrew Levitas.
Intérpretes: Johnny Depp, Minami, Hiroyuki Sanada, Bill Nighy.
Género: drama. Reino Unido, Estados Unidos, Emiratos Árabes, 2020.
Duración: 115 minutos.