Curar la homosexualidad

Yago Paris


Tras veinte años delante de las cámaras, el actor Joel Edgerton dio el salto al otro lado del set en 2015 dirigiendo El regalo. Su debut era un thriller psicológico de ambientes claustrofóbicos que seguía la estela de cintas del subgénero de las invasiones domésticas  como Funny games. Tras una primera incursión exitosa, llega a los cines su segundo trabajo como realizador, Identidad borrada, un drama basado en hechos reales que ha rodado con las claves del thriller siempre en mente. La historia sigue la vida de Jared (Lucas Hedges), el hijo de un predicador baptista (Russell Crowe) a quien, tras confesar a su familia que es gay, internan en un centro para reconducirlo a la heterosexualidad.  Se trata de un drama intenso que se podría desarrollar con facilidad a partir de la premisa, pero Edgerton, quien también escribe el guion a partir  de las memorias de Garrard Conley—, opta por la contención y la mezcla de géneros, dando lugar a un ejercicio cinematográfico donde resulta más estimulante cuestionarse las decisiones tomadas por el autor que analizar lo que el filme trata de exponer.

Las virtudes de la primera cinta del director no parecen haber sido fruto de la fortuna. Joel Edgerton mostró un conocimiento claro del género, y, de continuar en esa línea, se le puede augurar una carrera prometedora dentro de él. La filiación de Edgerton al thriller es clara, lo que se refleja en su segunda película, donde lo fusiona con un género en principio tan dispar como el drama. Es una apuesta arriesgada pero sin duda factible, como ya se demostró en  El regreso de Ben, otra propuesta mestiza también con Lucas Hedges como traumatizado protagonista. La parte correspondiente al drama transcurre fuera del centro de internamiento, principalmente centrándose en la relación del protagonista con su familia, en especial con su madre (Nicole Kidman). El thriller se desarrolla mayoritariamente durante las sesiones de (supuesta) terapia, donde la violencia psicológica, a veces llegando a lo físico, a la que son sometidos los internos es el caldo de cultivo que Edgerton necesitaba para aplicar los estándares del género y convertir la cinta en algo diferente a lo que se podría esperar.

La relación que se establece entre ambas perpectivas, aunque valiosa, acaba desentonando. Como drama, la cinta no llama la atención; como thriller, bastante más. Habida cuenta del dominio de este que ha demostrado Joel Edgerton en su corta carrera, y de las desigualdades narrativas que aparecen en su segunda obra, al analizar Identidad borrada cabe preguntarse qué hubiera sucedido si la película hubiera sido un thriller de cabo a rabo, y cómo se hubiera sorteado el dilema ético de convertir una historia basada en hechos reales en un frívolo espectáculo de entretenimiento.


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IDENTIDAD BORRADA

Dirección: Joel Edgerton.

Reparto: Lucas Hedges, Nicole Kidman, Russell Crowe, Joel Edgerton, Xavier Dolan, Emily Hinkler, Ron Clinton Smith, Jesse Malinowski, Troye Sivan.

Género: drama thriller. Estados Unidos, 2018.

Duración: 114 minutos.

 


 

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