Yago Paris


Existe un contraste evidente dentro de las producciones de Netflix que han adaptado historias de superhéroes de Marvel. De los cuatro personajes que forman Los Defensores el escuadrón que combate el mal en las calles de Nueva York, al estilo de Los Vengadores—, esto es, Jessica Jones, Daredevil, Iron Fist y Luke Cage, la recepción por parte del público de las historias de los dos primeros ha sido diametralmente opuesta a la de las historias de los dos segundos. Mientras la detective de la agencia Alias y el Diablo de Hell’s Kitchen han recibido ovaciones por sus respectivas temporadas, Puño de Hierro y Power Man han sido tachadas de soporíferas. Quizás lo que mejor describe el dispar recibimiento es el hecho de que, mientras los dos primeros siguen en antena con nuevas temporadas por delante, los otros dos proyectos han sido cancelados.

¿A qué se debe esta diferencia, si se tiene en cuenta que la productora es la misma y la línea de trabajo es, por tanto, similar? Se podrían esgrimir dos argumentos de peso para justificar el éxito de Jessica Jones y Daredevil. Por un lado, una sólida construcción de sendos personajes, que se basa en la profundización en sus fantasmas interiores. En el caso del protagonista de la serie que nos ocupa, a quien interpreta Charlie Cox, este se enfrenta a un conjunto de crisis existenciales, tales como la habitual duda de todo superhéroe de seguir combatiendo el mal a costa de poner en riesgo a sus allegados, u otras específicas del personaje como varios descubrimientos en torno a la historia de sus padres. Estas cobran especial relevancia en este caso, puesto que se trata de auténticos dilemas morales para una persona tan religiosa como la que se esconde detrás del justiciero nocturno.

Por otro lado está la que probablemente sea una de las diferencias clave para convertir toda historia de superhéroes en una narración superior a la media del género: la presencia de un antagonista a la altura del protagonista, y, a ser posible, todavía más sugerente que este. En ambas producciones se cumple dicha situación, con Kilgrave en el primer caso y Wilson Fisk en el segundo. Como ya ocurría en El caballero oscuro (2008), la presencia de un personaje capaz de sembrar el caos, y provocar que la audiencia sienta que algo verdaderamente grave puede ocurrir, determina la excepcionalidad del relato.

Daredevil temporada 3 crítica Insertos

La primera temporada de Daredevil estaba marcada por la presencia de Wilson Fisk (Vicent D’Onofrio), el magnate de Nueva York que explotaba su poder a través de la extorsión, la manipulación y la carencia absoluta de escrúpulos, hasta el punto de estar dispuesto a mancharse las manos de sangre cuando fuera necesario. Se creaba, pues, una dualidad de tremendo potencial: la cara pública, el exitoso hombre de negocios, y la cara oculta, el mafioso que controla la ciudad a su antojo. Probablemente el mayor error que se cometió en la segunda temporada de la serie fue, precisamente, relegar a dicho personaje a un rol secundario. Encerrado en la cárcel, su influencia se reducía ostensiblemente, ya fuese por su poca presencia en el relato o por su incapacidad para llevar a cabo nuevos planes con los que controlar la ciudad. No es de extrañar, por tanto, que la segunda entrega sufriera ciertos altibajos, no solo por la ausencia de su personaje insignia, sino por la incapacidad para sustituirlo por parte de los dos personajes secundarios que cobraban mayor relevancia, The Punisher y Elektra. A pesar de que Daredevil pasaba a contar con un viejo interés romántico y a tener que combatir contra un antihéroe con sendos pies a uno y otro lado de la línea que separa el bien del mal, la ausencia de Fisk era una losa imposible de cargar.

Podría interpretarse que los guionistas estaban de acuerdo con el bajón sufrido en la segunda temporada, pues lo primero que hicieron en esta nueva entrega fue devolverle todo el protagonismo al villano principal, hasta el punto de que esta es la entrega en la que cuenta con mayor presencia. Pero, más que el hecho de verlo más a menudo en pantalla, la diferencia clave que provoca que la tercera sea probablemente la mejor temporada de Daredevil hasta la fecha es descubrir hasta qué punto el mafioso es capaz de controlar la sociedad. A través de una trama en la que Fisk establece una negociación con el FBI, asistimos a un ejercicio de manipulación y dominación absolutos, en el que se muestra cómo buena parte de los estamentos del estado están en realidad a su servicio. A través de su paradójica presencia bonachona, sin alzar la voz, el despliegue de poder del que Fisk hace gala sume la narración en un estado de constante desasosiego, puesto que, más que nunca, nadie está a salvo de sus garras y todos los personajes se convierten en sospechosos de estar secretamente trabajando para él.

Pero por si no fuera suficiente con semejante panorama, en el que el Estado de derecho se reduce a cenizas por momentos, la nueva temporada de Daredevil cuenta con una remesa de secundarios que, más que rellenar tiempo de emisión hasta alcanzar el estándar de trece episodios por temporada, aporta complejidad a los subtextos habituales del relato, que se podrían resumir en la disyuntiva entre hacer lo correcto o seguir el impulso que dictan nuestros demonios internos; o lo que es lo mismo, la habitual batalla entre el superego y el ello freudianos. La introducción del personaje del agente del FBI Ray Nadeem (Jay Ali) permite mostrar las cloacas de la oficina federal, en la que nace un nuevo villano, cuyo nombre no se desvelará, que promete buenas dosis de batalla cuerpo a cuerpo con el protagonista para próximas entregas. A su vez, dentro de los habituales secundarios de otras temporadas, destaca la relevancia de Karen Page (Deborah Ann Woll), que en esta ocasión protagoniza uno de los mejores episodios de la temporada, en el que se relata el origen de sus fantasmas. Narrada con una violencia cruda e impactante, con la desasosegante sensación de que cualquier personaje podría recibir un disparo en la cabeza desde fuera de campo en cualquier momento, la tercera temporada de Daredevil confirma que una narración sólida le come la tostada a la habitual cascada de CGI que Marvel Studios propone en sus versiones para la gran pantalla.


Daredevil temporada 3 crítica Insertos


Imágenes: IMDb.


 

2 Comentarios »

  1. Cualquier seguidor de Daredevil se habrá dado cuenta que el guión de esta 3ª temporada bebe de la fantástica novela gráfica «Born Again» de Frank Miller. Y por supuesto, también sabrá que el nuevo malo ya tiene un nombre: Bullseye.

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