La casa torcida (Crooked House)
Tía Agatha en negro Santiago Alonso La relevancia de Agatha Christie y sus libros dentro de la cultura popular del siglo XX es incuestionable. No han abundado, sin embargo, las […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Tía Agatha en negro Santiago Alonso La relevancia de Agatha Christie y sus libros dentro de la cultura popular del siglo XX es incuestionable. No han abundado, sin embargo, las […]
La relevancia de Agatha Christie y sus libros dentro de la cultura popular del siglo XX es incuestionable. No han abundado, sin embargo, las necesarias matizaciones al respecto. Por ejemplo, el gran Andreu Martín ha comentado en alguna ocasión lo que pocos se atreven a admitir: entre tantas y tantas obras de la autora hay bastantes malas. Y lo curioso es que algunas de las peores reciben precisamente las mayores alabanzas. Sin ir más lejos, cabe mencionar una novela como Diez negritos o la pieza teatral La ratonera, ésta última un impecable triunfo de estrategia publicitaria (¡sesenta y pico temporadas de representaciones ininterrumpidas en Londres!) y una decepción como clásico con el secreto mejor guardado de toda la historia de la literatura policíaca. Por eso llama la atención que La casa torcida (1948), una historia por la cual esta dama del crimen sentía predilección y que resulta, efectivamente, una de las más brillantes y sorprendentes dentro de la producción christieniana, solo haya conocido hasta ahora una adaptación radiofónica. La circunstancia de que, antes de caerse del proyecto, el encargado de dirigir la versión cinematográfica debía ser Neil Labute, todo un experto en turbiedades (En compañía de hombres, Amigos y vecinos), da una pista de la nada usual carga de mal rollo que contienen las páginas de la novela y las posibilidades que brinda para explotar su colección de personajes (re)torcidos.
Al final ha realizado el filme Gilles Paquet-Brenner, alguien dado a las historias sombrías, junto a los coguionistas Tim Rose Price y el muy british Julian Fellowes (creador de Downton Abbey). Como la novelista primaba los diálogos y apenas se detenía en descripciones de ambientes y espacios, la principal labor de los adaptadores ha pasado por recrear libremente la gran mansión donde se ha cometido el obligatorio asesinato inicial, en esta ocasión el de un multimillonario griego que vivía con los hijos, los nietos y una jovencísima segunda esposa sobre quien recaen casi todas las sospechas. Aparte de que muchos elementos estéticos se hayan recargado hasta aproximarse al barroquismo y de que la colorista fotografía recurra a menudo al alto contraste, la película lleva a los miembros de esta familia particularmente tóxica hasta un límite situado entre la caracterización realista y la inquietante máscara grotesca. El personaje de Glenn Close es el más representativo de esta tendencia.
En líneas generales la trama del libro se mantiene tal cual, con mínimos ajustes, aunque se han añadido dos elementos narrativos totalmente ajenos al espíritu de la novela enigma de Christie: algunos estereotipos del cine negro clásico y una subtrama de espionaje que parece pensada por un imitador desganado de Graham Greene. Además, la historia se ha trasladado una década hacia delante y un rebelde personaje adolescente escucha ¡a los rockeros Johnny Kidd & The Pirates!
Al final, tanto aparato cinematográfico funciona a la manera de una vistosidad intrascendente, sin activar rasgos significativos. Para entendernos, la película La casa torcida no es ni peor ni mejor, ni más o menos entretenida, que cualquiera de las adaptaciones de la escritora británica que emite la televisión con frecuencia. Y curiosamente, a la postre, los guionistas se muestran más papistas que el papa tratando cuestiones de representación: para una vez que, cuando debe llegar el segundo asesinato, tía Agatha introduce la brutalidad (un león de mármol sobre una delicada cabeza), han convertido la trampa en algo más prosaico (una escala de cuerdas convenientemente aserrada).
LA CASA TORCIDA
Dirección: Gilles Paquet-Brenner
Intérpretes: Max Irons, Glenn Close, Stefanie Martini, Terence Stamps, Christina Hendricks, Gillian Anderson, Julian Sands
Género: misterio. Reino Unido, 2017
Duración: 115 minutos