El insulto (L’ Insulte)
Ese pasado que nunca acaba de pasar Jesús Cuéllar En el opresivo mosaico que forman las identidades religiosas y étnicas, tanto en el Líbano como en el conjunto de Oriente […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Ese pasado que nunca acaba de pasar Jesús Cuéllar En el opresivo mosaico que forman las identidades religiosas y étnicas, tanto en el Líbano como en el conjunto de Oriente […]
En el opresivo mosaico que forman las identidades religiosas y étnicas, tanto en el Líbano como en el conjunto de Oriente Próximo, el libanés Ziad Doueiri, en su día ayudante de cámara de Quentin Tarantino, insiste en pisar charcos. Después de West Beirut (1998), donde narraba con sinceridad y aliento humanista la perplejidad de un adolescente musulmán —trasunto del propio director— en los albores de la guerra civil de su país, Doueiri suscitó polémica al retratar en El Atentado (2012) las devastadoras repercusiones que tenía para un acomodado israelí de origen árabe encajar que su propia esposa había cometido un atentado suicida.
Con El insulto (2017), nominada al Óscar a la mejor película extranjera, Doueiri ha vuelto a destapar la caja de los truenos, hasta el punto de que el boicot decretado por organizaciones palestinas e intelectuales árabes condujo a la retirada del film del festival de cine de Ramala y el propio director fue brevemente detenido, con el fin de interrogarlo, en el aeropuerto de Beirut. Para evitar malentendidos, el gobierno libanés ha obligado a insertar un rótulo al inicio de la película en el que aclara que no comparte necesariamente las opiniones que en ella se vierten.
El insulto, cuyo guion ha escrito Doueiri con su exesposa cristiana, Joelle Touma, narra el enfrentamiento en el Líbano actual entre un cristiano y un palestino, por una cuestión menor. Pero nada parece ser menor en el siempre precario contexto político libanés y un ridículo choque de orgullos heridos entre dos hombres (las mujeres, en su mayoría personajes secundarios, no parecen poder evitar todo ese enconamiento) acaba convirtiéndose en un largo y tortuoso proceso judicial. Las comunidades cristiana y palestina vuelven a enfrentarse, esta vez mediáticamente, y se acusan una a otra de matanzas perpetradas durante la contienda civil de 1975-1990.
Desde una propuesta indudablemente provocadora, El insulto pretende denunciar la intolerancia generalizada que obstaculiza el futuro en paz del Líbano y cuestionar ciertos clichés de víctima y verdugo, atribuidos con frecuencia a palestinos y cristianos, respectivamente, sobre todo a raíz de la matanza de palestinos que cometieron las falanges cristianas libanesas en Shabra y Shatila. Sin embargo, la sutileza que Doueiri muestra en la dirección de actores (magníficos los dos protagonistas, Adel Karam y Kamel el Bash) y en la contraposición de sus históricos y complejos sufrimientos, se va diluyendo en una estructura artificiosa. Sirviéndose de los más previsibles tics del cine judicial estadounidense (alegatos sentenciosos por parte de abogados filmados con planos secuencia circulares) y del thriller más convencional (giros inesperados, algunos inverosímiles), la película parece empeñarse en anegar su propio discurso. A pesar de todos sus hallazgos y del oficio que demuestra Ziad Doueiri, El insulto se va convirtiendo poco a poco en su peor enemigo al recurrir al sensacionalismo para reflexionar sobre asuntos complejos, como la atribución de culpas en una guerra civil tan larga y enrevesada como la libanesa o el papel de la memoria en una sociedad absolutamente fragmentada. En relación con la guerra civil libanesa, Vals con Bashir (2008), del israelí Ari Folman, o el documental Éramos comunistas (2010), del libanés Maher Abi Samra, demostraron lo útil que puede ser una indagación sincera y valiente en el propio pasado para la labor, quizá inacabable, de ahondar en las heridas colectivas e intentar restañarlas.
EL INSULTO
Director: Ziad Doueiri
Intérpretes: Adel Karam, Kamel el Bash, Camille Salameh
Género: drama, thriller. Libano, Belgica, Francia, Chipre, Estados Unidos, 2017
Duración: 112 minutos