Rehenes (Hostages)

Radiografía de un secuestro

El docudrama es ese tipo de texto fílmico tan peculiar que se define (y encuentra sus posibles elementos de disfrute) en las diferencias que establece con los parientes más próximos, el género histórico, la biografía y el documental. Se comprueba una vez más con la película georgiana Rehenes, un docudrama de manual. Lo es tanto que incluso su materia de relato, el secuestro de un avión, ha acompañado la evolución del género desde los tiempos televisivos (Brigada antisecuestro, telefilm clásico de 1977 dirigido por Irvin Kershner) hasta la entrada definitiva en las salas de cine (United 93 de Paul Greengrass, posiblemente el mejor y más consciente cultivador del docudrama en la actualidad).

En 1983, ocho jóvenes de la por aquel entonces República Soviética de Georgia decidieron abandonar la URSS secuestrando un avión comercial con la intención de volar hacia Turquía. Y no pertenecían a unas familias cualesquiera, sino a la clase acomodada. Todo acabó de la peor de las maneras posibles. La película es, nada más y nada menos, que la ficcionalización de los preparativos y la fingida cotidianidad, centrándose en las situaciones privadas junto a la familia y las amistades. Después vendrán los sucesos dentro de la aeronave y, como resolución, el juicio posterior. Drama y reparto coral, con la salvedad de un mayor detenimiento en una pareja de enamorados.

Rehenes mantiene de principio a fin ese tono que intenta exponer sin exaltaciones la representación de lo ocurrido y no juzgar lo que sí es evidente en pantalla (el régimen dictatorial, la desesperación pero también la inmadurez por parte de los chavales, las víctimas inocentes…). Y para que ningún espectador se lleve a engaño, el director Rezo Gigineishvili rueda de tal manera la que podría ser la característica escena de quienes hacen sus primeras prácticas de tiro con una pistola, que deja claro que su largometraje no es ni será un thriller.