Aliados (Allied)
Muchas ideas y poca química Robert Zemeckis lleva más de treinta años en el cine. El director se ha enfrentado a todo durante su carrera: zombies en los 90 (La muerte […]
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Muchas ideas y poca química Robert Zemeckis lleva más de treinta años en el cine. El director se ha enfrentado a todo durante su carrera: zombies en los 90 (La muerte […]
Robert Zemeckis lleva más de treinta años en el cine. El director se ha enfrentado a todo durante su carrera: zombies en los 90 (La muerte os sienta tan bien, 1992), captura digital cuando nadie lo hacía (Polar Express en 2004 y Beowulf en 2007), e historias que han quedado como parte de la cultura popular: Forrest Gump (1994), Náufrago (2000), Contact (1997) o la trilogía de Regreso al futuro (1985, 1989, 1990). Aliados, su nueva película, presenta a otros dos iconos de la memoria fílmica –Brad Pitt y Marion Cotillard– en un romance de época.
Con reminiscencias del antiguo Hollywood de Casablanca (Michael Curtiz, 1942) y Lawrence de Arabia (David Lean, 1962), Zemeckis comienza en el desierto, con Brad Pitt cayendo en paracaídas en medio de las dunas. Allí ha de encontrarse con una misteriosa mujer que le ayudará en su misión: Marion Cotillard. Ambos se aliarán para luchar contra los nazis que gobiernan el protectorado de Casablanca durante los años cuarenta. En este sentido, Aliados es un despliegue de satenes y sedas que visten a la francesa y de preciosos planos en el desierto y los salones de la alta sociedad. Todo muy clásico.
Sin embargo, Aliados falla a muchos niveles. Principalmente por problemas de un ritmo desigual y un guión que no acaba de cuajar. Steven Knight, guionista de Promesas del este (David Cronenberg, 2007), describe la historia de forma muy tosca durante la primera parte del filme. Las escenas se suceden muy rápido y hacen avanzar la trama a trompicones, sin que acabe de quedar claro por qué están Pitt y Cotillard en Casablanca. En la segunda, sucede lo contrario: las escenas se alargan demasiado en un intento de darle drama al asunto, pero tras tanta rapidez en la primera hora, queda impostado.
Otro de los problemas es la falta de definición que tienen los personajes. Se dan cuatro brochazos gruesos de quiénes son y qué les pasa, y no se profundiza más allá. La actuación tampoco es la más fina en la carrera de los actores. Brad Pitt está soso, apenas cambia la expresión y da la sensación de que preferiría estar en cualquier otra parte antes que allí. Lo más destacado de su papel es que habla en francés. Y la química con su coprotagonista es nula. Marion Cotillard se esfuerza en interpretar un personaje más o menos interesante, si bien con muchas lagunas, para simplemente desvanecerse en la segunda parte del filme.
Sin embargo, la peor parte de Aliados son los efectos digitales. Para tratarse de una película de Zemeckis, que en 2015 desplegó toda una artillería digital en El desafío, se ha decidido por una tecnología bastante tosca. Puede que sea un intento de darle un toque vintage, pero entre que los efectos son propios del siglo pasado y que se combinan con las escenas más absurdas y predecibles de todo el filme, el resultado final es, cuanto menos, decepcionante.
No todo es malo. Al final Knight y Zemeckis consiguen salvar la trama y la dignidad de los personajes añadiendo un giro de guion inesperado. Además, la fotografía y la atención al detalle en la ambientación y los intentos de crear algo visualmente agradable, hacen que la experiencia en conjunto sea decente. Aliados no es la película con el glamour del antiguo Hollywood que prometía en los tráilers, pero al menos se pasa el rato viendo a Brad Pitt hacer de nuevo de galán.
ALIADOS (Alleid)
Dirección: Robert Zeneckis
Guión: Steven Knight
Intérpretes: Marion Cotillard, Brad Pitt, Lizzy Caplan, Matthew Goode, Jared Harris
Género: Thriller, Drama, Romance, Estados Unidos, 2016
Duración: 124 minutos