Maggie’s Plan
Comedia diluida Las screwball comedies eran uno de los géneros del Hollywood clásico que más permitían brillar a las mujeres, alejándolas del papel subalterno que se les concedía en otros. […]
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Comedia diluida Las screwball comedies eran uno de los géneros del Hollywood clásico que más permitían brillar a las mujeres, alejándolas del papel subalterno que se les concedía en otros. […]
Las screwball comedies eran uno de los géneros del Hollywood clásico que más permitían brillar a las mujeres, alejándolas del papel subalterno que se les concedía en otros. En ellas, las aspiraciones femeninas no se salían de las normas de la época, ya que todas querían pillar a un marido, pero, mientras llegaban al beso final, demostraban lo mucho que las mujeres podían y pueden hacer sin acogerse a la protección masculina. Las desaforadas comedias de Hawks, Capra, Leisen o Cukor también se permitían cierta crítica social, no por velada menos incisiva. Y, aunque el mensaje distaba de ser subversivo, los ricos y poderosos no salían especialmente bien parados.
En Maggie’s Plan encontramos varios elementos de esas comedias lunáticas, pero pasados por el tamiz de nuestra contemporaneidad urbana y de directores como Woody Allen, que ya habían actualizado el modelo clásico. Aquí tenemos no a una mujer protagonista sino a dos, que compiten por un hombre, John (Ethan Hawke), un tipo infantil y atolondrado, en plena crisis de los cuarenta. Ambas son tan manipuladoras y volubles como las heroínas de antaño, pero Maggie (Greta Gerwig) enreda desde la ingenuidad y la inseguridad (más cerca de Claudette Colbert que de Katherine Hepburn), en tanto que Georgette (una imponente Julianne Moore, casi una mujer fatal a lo Barbara Stanwyck, pero en su vertiente cómica), su enemiga y después aliada, parte de la arrogancia para llegar a cierta humildad, aunque no por ello se prive de espetarle a su competidora y cómplice que es “entre rara y estúpida”.
Para superar ese convencional triángulo amoroso, Maggie’s Plan acaba proponiendo una enrevesada y arriesgada solución que, en su devenir, nos hace reflexionar sobre los nuevos modelos de familia (monoparentales, de parejas con hijos de diversas relaciones, de parejas del mismo sexo, etc.), o sobre las ataduras y los condicionantes que pesan sobre nuestra existencia familiar y afectiva, invadida por la prisa, los artilugios tecnológicos y las presiones laborales.
Sin embargo, donde el Hollywood clásico, a pesar del código Hays, buscaba la carcajada alocada y a veces hiriente, y el contraste entre mundos sociales enfrentados, Rebecca Miller, más cercana al esquema de Woody Allen y de Noah Baumbach (pareja de Greta Gerwig) que al de Howard Hawks, apuesta por dirigir una sonrisa compasiva hacia una clase media intelectual y neurótica. Al igual que en los ambientes también neoyorquinos de Woody Allen, aquí no se aprecian grandes diferencias sociales y la soterrada lucha de clases de Sucedió una noche o Bola de fuego se diluye en la competencia profesional entre personas de un parecido entorno socioeconómico.
Con una atenta dirección de actores y un guion inteligente, la escritora y directora Rebecca Miller apuesta aquí por una comedia dramática que se quiere sutil, pero que no llega a atisbar ninguna cumbre, ni cómica, ni dramática. Y tampoco discursiva: al final, a pesar de las innovaciones temáticas, todos parecen acabar felizmente emparejados.
MAGGIE’S PLAN
Dirección y guion: Rebecca Miller
Intérpretes: Greta Gerwig, Julianne Moore, Ethan Hawke, Travis Fimmel, Bill Hader, Maya Rudolph, Alex Morf
Género: comedia romántica. 2016, Estados Unidos
Duración: 92 minutos