Oasis: Supersonic
La época irrepetible En tres años, Oasis habrá pasado de ser un nuevo fichaje a ser un gigante del rock. ¿Qué os sucedió en esos tres años? “Sí que es […]
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La época irrepetible En tres años, Oasis habrá pasado de ser un nuevo fichaje a ser un gigante del rock. ¿Qué os sucedió en esos tres años? “Sí que es […]
En tres años, Oasis habrá pasado de ser un nuevo fichaje a ser un gigante del rock. ¿Qué os sucedió en esos tres años? “Sí que es una gran pregunta”-responde Noel Gallagher– “y se merece una gran respuesta”.
Así comienza Supersonic, el documental de Mat Whitecross que se estrena el próximo 28 de octubre en España.
Corrían los primeros años noventa en un Mánchester oscuro donde antaño había reinado el rock, pero que ahora—a causa de locales como el mítico The Haçienda—tenía a los jóvenes sumidos en la música electrónica y el éxtasis. Fue entonces cuando la banda que llegaría a ser el estandarte del Britpop echaba a rodar en un local de ensayo donde Liam Gallagher, Paul Arthurs (Bonehead) y Paul McGuigan (Guigsy) rogaban a Noel que fuera su manager. Tras idas y venidas (todo detallado con mucho humor en el documental), Noel muestra a los demás algunas de las primeras perlas que compondría y la joven banda acaba tocando en Glasgow. Casi por casualidad, acude al desolado evento nada más y nada menos que el fundador del sello Creation Records: Alan McGee, el cual, admirado por la fuerza del grupo y por el descaro punk de Liam, decide firmar con ellos in situ. Y a partir de entonces el fenómeno se vuelve imparable.
Conciertos salvajes, eclosión de himnos, juergas y rivalidades entre hermanos se suceden en la pantalla. Aunque algunas anécdotas de la época se relatan mediante unos cuestionables dibujos animados, no cabe duda de lo acertado de elegir que las dos horas de documental sean narradas por las voces en off de Noel, Liam, Bonehead y allegados. Durante todo el serpenteante camino hacia Definitely Maybe, se muestran escenas inéditas e íntimas de los integrantes de la banda, las cuáles reafirman la idea que se tiene de ellos: eran solo un grupo de chavales de clase obrera sin ninguna perspectiva de triunfar, y fueron capaces de salvar la música británica.
Después todo se hizo más grande y más complicado: la primera gira mundial, el abuso de las drogas, los encaramientos entre los Gallagher, la expulsión del batería, la presión para el segundo disco… Es en esta parte cuando por fin se atisba un tono algo diferente del optimista que reina en todo el documental, pues no es precisamente Oasis una banda que pasease por un camino de rosas, sino más bien todo lo contrario. Sin embargo, es cierto que se trata la época de más esplendor de los de Mánchester, pues a pesar de los escándalos y las riñas internas, la etapa hasta el 96 fue ante todo grandiosa para la banda y para sus seguidores, como recalcan los protagonistas en numerosas ocasiones, ya que el fenómeno fue de lo más épico desde la Beatlemanía.
Finalmente —y retomando el flashback inicial—, el cuento de hadas explota en lo que probablemente fue el concierto más exorbitante de toda la década: Knebworth. Tirando de archivo, se nos da la oportunidad de acompañar a unos ya consagrados Oasis en las horas previas al evento. Las imágenes a vista de pájaro son espectaculares, y el concierto en sí ya es historia.
Quizá lo que más sorprende—y seguramente será de agradecer para los fans—es la forma tan personal e íntima con que se trata todo el largometraje, cosa que por otro lado cabía esperar si se tienen en cuenta los trabajos más reconocidos de Whitecross, entre los que cabe destacar el documental Sex & Drugs & Rock & Roll, donde se desgranan los altibajos personales del músico británico Ian Dury.
Si el hype estaba por las nubes por motivos como que los productores fuesen los mismos que los de la aclamada Amy, o por las declaraciones del propio Noel tras ver el primer corte del film – tildándolo de “bíblico”—, hay que decir que difícilmente el documental decepcionará a nadie, pues lleva a cabo con éxito la ardua tarea de recoger la pasión, el ambiente, la rabia y la devoción que definieron a la banda y a su gente, y lo traslada veinte años en el tiempo sin apenas perder un ápice de su esencia original.
Sin duda será recordado como “el” documental de Oasis.
SUPERSONIC
Dirección: Mat Whitecross
Género: documental. Reino Unido, 2016
Duración: 122 minutos