Vale por un masaje
Completando una trilogía sobre festividades seguramente no prediseñada, con Historias de San Valentín (2010) y Noche de fin de año (2011) como antecesoras, el ya octogenario Garry Marshall vuelve a ponerse al frente de un reparto coral en Feliz Día de la Madre, obvia aunque absolutamente transparente operación comercial sin mayor ambición (para nada reprochable) que la de llevarse todo el dinero en su fin de semana de apertura. Una Julia Roberts resplandeciente, con una sonrisa de oreja a oreja, surge tras las tomas falsas de rigor y, mirando a cámara, felicita el día a la platea antes de dar paso definitivo a los créditos: la película es eso ni más ni menos, y nadie debe llamarse a engaño.
De probada solvencia, con una buena ristra de clásicos modernos como Pretty Woman (1990), Novia a la fuga (1999) o Princesa por sorpresa (2001) acreditándole, Marshall desempeña aquí una labor más de gestor que de director de cine, encargándose esencialmente de lo que mejor ha hecho siempre: sacar partido al encanto de sus actrices, muy consciente de que son el punto fuerte de la función. Más allá de eso, la película consiste en poco más que salvar una serie de cuotas de target (madres primerizas, veteranas, divorciadas, solteras), siguiendo un guion con el componente justo de enredos de andar por casa y humor liviano sin zonas problemáticas, que, si bien no contiene en su extenso metraje nada mínimamente memorable, es difícil que decepcione a su auténtico público potencial.
FELIZ DÍA DE LA MADRE
Dirección: Garry Marshall
Guion: Tom Hines, Lily Hollander, Anya Kochoff y Matthew Walker
Intérpretes: Jennifer Aniston, Kate Hudson, Jason Sudeikis, Julia Roberts, Hilary Duff, Britt Robertson, Timothy Olyphant, Sarah Chalke
Género: comedia. Estados Unidos, 2016
Duración: 118 minutos