Febrero es un mes clave en la televisión americana: se estrenan nuevas series, vuelven las que dejamos en stock el año pasado, y continúan las temporadas que pararon por Navidad. Como el trabajo se me acumula y hay una gran cantidad de imprescindibles, me he inspirado en el inicio de la nueva temporada de Girls (HBO) y he seleccionado cuatro novedades de finales de mes.

Algo nuevo: Vinyl

El nuevo plato fuerte de la HBO, Vinyl, se puede definir en: sexo, drogas, alcohol y Rock and Roll. Con un mastodóntico piloto de dos horas dirigido por Martin Scorsese y producido por Terece Winter (Los Soprano, Broadwalk Empire) y Mick Jagger  (el de los Rolling Stones), la cadena privada lanzaba su nueva serie el 14 de febrero. Puro rock y cocaína a niveles estratosféricos que unen planos cinematográficos, diálogos vertiginosos y constantes cambios de escenario. Tras las dos horas terminas igual de paranoico que su protagonista, Richie Finestra, interpretado por un espléndido Bobby Cannavale (Broadwalk Empire).

Vinyl se centra en una discográfica en horas bajas, con un dueño colgado de las drogas y el rock. Musicalmente es un lujo: blues, punk, rock, folk, glam… son sólo algunos de los estilos que suenan como banda sonora. Además de las apariciones de personajes icónicos de los 70 como Led Zeppelin, Bob Dylan, Alice Cooper o Andy Warhol. Si te gusta la música, soportarás el piloto, si no, terminarás necesitando lo mismo que esnifan. La falta de respiros -a excepción de los cortes musicales que se intercalan como pequeños videoclips- entorpecen el seguimiento del primer episodio. A los valientes que terminen la hercúlea tarea, les espera una serie con capítulos visualmente delectables que regulan el ritmo y el consumo de drogas.

Algo viejo: Madres forzosas

Pasamos de la oscuridad de Vinyl a la blancura inmaculada de Fuller House, traducida en España como Madres forzosas. Netflix estrenó el pasado 26 de febrero a nivel global la continuación de la serie de finales de los 80 Padres Forzosos, o lo que es lo mismo, Full House  (1987- 1995). El piloto reúne a todas las estrellas de la serie original –menos a las gemelas Olsen– pero con más canas, más hijos y más multiculturalidad. En la nueva versión han añadido al elenco un personaje latino para que no sea la “serie más blanca de la historia”, frase que, de hecho, utilizan en el segundo episodio.

La estética visual es la misma que en la primera serie y las risas enlatadas son tan forzadas como en los 90. Resulta cansina, impostada y teatral para el espectador de hoy en día. Actores mirando a cámara, aplausos cada vez que aparece un nuevo/viejo personaje y pausas tras un chiste para que la risa histriónica de finales de siglo nos llene los oídos. La apuesta de Netflix parece una mala mezcla entre una serie de Disney Channel y el Príncipe de Bel Air, además de ser muy arriesgada. Una sitcom familiar de estas características es difícil que enganche al público más joven, ese que no tiene el factor nostalgia al que parecen hacer alusión la hecatombe de remakes y revivals que llenan actualmente la pantalla: Riley y el mundo -secuela de Yo y el mundo-, los nuevos episodios de Expediente X, la vuelta de Dragón Ball o Bola de Dragón con Dragon Ball Super, e incluso de Sailor Moon o Marinera Lluna con Sailor Moon Crystal. ¿Nostalgia o falta de imaginación?

Algo prestado: Girls

Y hablando de falta de imaginación. La nueva season de Girls, es mi algo prestado. Prestada la idea de comenzar con la quinta temporada con una boda. ¡Hola última temporada de Cómo conocí a vuestra madre! ¿Qué tal novena temporada de The Big Bang Theory? ¿¡Por qué todas las sitcom tienen que incluir una puñetera boda!?

Con dos capítulos emitidos hasta la fecha, hay que decir que su creadora y protagonista Lena Dunham me está decepcionando. Girls era una serie sobre jóvenes que no encuentran su lugar en la vida, que no se establecen ni comprometen, es decir, unos absolutos desastres. Era una ficción incomoda pero refrescante porque golpeaba con verdades como puños. Por eso la idea de una boda, tan tradicional, tan típica, tan usadaMe da la sensación de que Girls ha perdido frescura y se ha rendido a lo mainstream, a la uniformidad y al maldito dogma de que una serie “para chicas” tiene que incluir siempre una boda. ¡Porque para las mujeres no hay vida más allá del matrimonio! Esto de Girls esto no me lo esperaba.

Algo azul: Anatomía de Grey

Y otra cosa que no me esperaba era que me aburriese el azul, color de los uniformes del Grey Sloan Memorial. Anatomía de Grey ha vuelto  -por ahora a la ABC y a Fox Life, pronto a Divinity– con una estructura diferente, que todavía estoy rumiando si me gusta. Cada capítulo se centra en un personaje, y como no, los dos primeros van de Meredith Grey (Ellen Pompeo). La duodécima temporada está resultando ser una mezcla de muchas ideas que van cambiando a medida que avanza. Supongo que Shonda Rhimes intentan añadir más drama, amenizar y centrar al espectador pero, por ahora, el resultado es soporífero.

En resumen, febrero ha traído: música, drama, drogas, bodas, revivals y, en general, mediocridad. Porque aunque todas las series mencionadas tienen puntos álgidos, los tienen también muy bajos. Veremos cómo van evolucionando y cuáles abandonan la lista de imprescindibles de primavera; por ahora, Madres forzosas y su risa enlatada tiene todos los puntos, a no ser que Dunham incluya más nupcias.


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Lena Dunham, creadora y protagonista de ‘Girls’, en el segundo capítulo de la última temporada

(Fotografías: Canal +)


 

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