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La niña de Merkel

Respira es el séptimo largometraje del alemán Christian Zübert, todo un desconocido en España, pero con un largo recorrido profesional en su país de origen: desde su éxito de taquilla en 2001 con una comedia porrera –su debut Lammbock (2001)–, Zübert se ha ocupado de cine de aventuras infantil, realismo social y drama vitalista, muestras de una loable flexibilidad como realizador, pero también de la ausencia de un discurso cerrado que permita entrar a valorarlo en términos autorales.

Articulada como una nada fina metáfora de la crisis europea, Respira se presenta como, sin embargo, lo contrario: mediante las vidas cruzadas de una madre burguesa acomodada de Frankfurt y la niñera griega que trabaja para ella, Zübert reflexiona sobre el contraste entre el rico norte y el pobre sur, aunque las herramientas que emplea no se parecen tanto a las de, por poner un ejemplo extremo, el Godard de Film Socialisme (2010), como a las de cualquier telefilme sensacionalista al uso del canal Life. La desaparición de la niña a la que la inmigrante griega tenía que cuidar desata un conflicto donde se pretende escenificar la pugna entre dos estatus inversos y las actitudes derivadas de ellos, pero que, más allá de eso, no conduce a nada interesante: en una lectura plana, la sucesión de acontecimientos es directamente absurda porque todos los personajes actúan como pollos sin cabeza; en una lectura política, no puede tener menos que decir, ni los símbolos llevar más sal gorda (¡el atraco en las inmediaciones de Syntagma!).

RESPIRA (Ein atem)

Dirección: Christian Zübert

Guion: Christian e Ipek Zübert

Intérpretes: Jördis Triebel, Chara Mata Giannatou, Benjamin Sadler, Apostolis Totsikas, Nike Maria Vassil

Género: intriga. Alemania, 2015

Duración: 110 minutos