El cumpleaños de Ariane (Au fil d’Ariane)
Fantasías de cada día Quand toute une vie se résume en million de pas dérisoires Jean Ferrat, On ne voit pas le temps passer No es nuevo, ni en el […]
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Fantasías de cada día Quand toute une vie se résume en million de pas dérisoires Jean Ferrat, On ne voit pas le temps passer No es nuevo, ni en el […]
Quand toute une vie se résume en million de pas dérisoires
Jean Ferrat, On ne voit pas le temps passer
No es nuevo, ni en el cine ni en la vida, que las aventuras no vividas revoloteen en tu cabeza cuando tienes suficiente edad para arrepentirte de no haberlas llevado a cabo. Esos momentos en que te debates entre la monotonía de tu rutina y la menopausia acechante se convierten en los más solitarios. Los más vacíos. Esto se multiplica cuando en el día de tu cumpleaños nadie está ahí para felicitarte. Todo son llamadas y ramos de flores enviadas por mensajería, mientras las velas de la tarta se apagan sin que haya nadie para cantar y aplaudir. Esta es la tesitura en la que se encuentra Ariane (Ariane Ascaride) en El cumpleaños de Ariane, la nueva película del francés Robert Guédiguian.
Estos dos nombres nos suenan. Ascaride y Guédiguian son un tándem inseparable, y no solo por compartir el acta matrimonial, sino por sus múltiples colaboraciones en films como Las nieves del Kilimanjaro (2011) o Marius y Jeanette (1997). Con una ternura semejante a la que Federico Fellini utilizaba para retratar a su esposa y actriz Giulietta Masina, Guédiguian construye un castillo de cuento para Ariane, en el que pueda sentir que las riendas de su vida siguen estando en sus manos. Ya en los créditos iniciales califica su película como ‘fantasía’, y no se defrauda a sí mismo, haciendo destacar los colores vivos e impregnando por doquier ese toque de feel-good movie. Aunque pueda pecar de simplista, incluso a veces de superficial, el director francés tiene las cosas más pensadas de lo que parece. Abundan las referencias, no solo a elementos de la cultura musical, sino también a películas como La dolce vita (Federico Fellini, 1960) y su archiconocida escena de la fuente, o la novela El viejo y el mar, de Ernest Hemingway.
Todo en El cumpleaños de Ariane parece tener un simbolismo. No son elementos baladíes, sino que se enmarcan en un contexto concreto dentro de esta fantasía. No es casualidad que sea un cumpleaños lo que recuerde a la protagonista el paso del tiempo, ni que sea el cantante francés Jean Ferrat el que inunda la mayoría de escenas con su música nostálgica, ni tampoco que uno de los personajes se dedique a llorar cada noche a sus animales disecados. El tiempo, los recuerdos y la vida ya pasada son ideas que giran sobre sí mismas, y sobre la protagonista, en un film con apariencia de fábula, donde hasta las tortugas hablan el francés.
A pesar del constante lamento por lo que queda atrás, El cumpleaños de Ariane es una simpática comedia sin mayores aspiraciones sobre alguien con ganas de vivir aventuras, pero sobre todo de ayudar a los demás. Digamos que esta fantasía de Guédiguian funciona como terapia para el personaje de Ariane, que desea más que nada sentirse útil y necesaria. Convertirse en «una mujer que se sigue», como repite en varias ocasiones ella misma. A ella se une un grupo aparentemente encerrado en el espacio costero que ocupa el Café l’Olympique, lugar donde Ariane acaba tras una serie de catastróficas desdichas. El solitario jefe del restaurante, el macarra que atrae a los turistas, la prostituta enamorada del macarra, el señor que se cree americano y el vendedor de souvenirs angustiado por su pasado serán las piezas que la protagonista utilizará para reconstruir sus propias ilusiones y anhelos. Un grupo altamente heterogéneo que, si bien busca la comicidad en sus diferencias, resulta bastante incomprensible.
«La vida es una obra de teatro que no permite ensayos» decía Charles Chaplin. Heredero de su comicidad y su ternura hacia los personajes, Guédiguian impregna El cumpleaños de Ariane de este carpe diem, de un optimismo ciego que nos lleva a un desconcertante, aunque inevitable, final. Como si en realidad para el director francés la frase de Chaplin no tuviese ningún sentido y la vida fuese, a fin de cuentas, una ensoñación en la que todo es posible.
EL CUMPLEAÑOS DE ARIANE (Au fil d’Ariane)
Dirección: Robert Guédiguian.
Guion: Robert Guédiguian y Serge Valletti.
Intérpretes: Ariane Ascaride, Gérard Meylan, Jacques Boudet, Jean-Pierre Darroussin, Anaïs Demoustier y Youssouf Djaoro.
Género: comedia. Francia, 2014.
Duración: 86 minutos.