Una medalla dorada y sanguinolenta

Santiago Alonso 


A principios de los cincuenta nació la editorial Gold Medal Books y, estableciéndose al momento como una de las principales marcas de literatura popular estadounidense, cultivó con brío el terreno en el que las revistas pulp habían reinado dos décadas atrás. Con un papel barato y un formato estrecho para que los libritos cupieran en los bolsillos traseros, amén de las maravillosas portadas con mujeres en pose insinuante y hombres rudos, las novelas Gold Medal abarcaron casi todas variantes de la ficción de quiosco. No podía faltar el género criminal en su versión más negra. Baste decir que, echando un vistazo rápido a su catálogo, encontraremos a autores míticos como, ¡ahí es nada!, los salvajes y estupendos Jim Thompson y David Goodis, también a W.R. Burnett o al creador de Travis  McGee, John D. MacDonald.

Entre los nombres que preservan en la actualidad aquel espíritu narrativo figura el tejano Joe R. Lansdale, un reputadísimo representante del neo-pulp que llega profusamente a las librerías de países lectores como Francia e Italia, aunque aquí su presencia se reduzca a dos o tres libros traducidos y a algún relato dentro de antologías. El escritor toca varios palos (terror, fantasía, ciencia-ficción, aventuras…), y cuando hace sus incursiones en el hard-boiled tiene a la mítica editorial de las medallas doradas y a MacDonald como principales fuentes de inspiración. Así lo cuenta él mismo en la introducción de Frío en Julio, su primer trabajo negro y criminal, que publicó allá por 1989. Y, veinticinco años después, esta novela se ha adaptado para la gran pantalla por obra de Jim Mickle y su habitual coguionista, Nick Damici.

Es curioso que un autor de género con tanto predicamento entre los lectores haya suscitado tan poco interés en la maquinaria ficcional del cine. El primero en adaptar a Lansdale fue el phantasmático Don Coscarelli con Bubba Ho-Tep (2002) y con el episodio Esculturas humanas de la serie Masters Of Horror (2005). No extraña que prosigan la tarea cineastas adscritos a la nueva hornada independiente que busca instalarse en los territorios del género. Mickle y Damici hicieron las películas de terror Stake Land (2010) y Somos los que somos (2013), que tendrá estreno español dentro de pocas semanas, y ahora se lanzan al policiaco bajo las premisas pulp de Landsdale y sus maestros.

Un poco a lo Thompson o a lo Elmore Leonard sin sarcasmo, medio thriller sangriento y medio película del Oeste, ahí va una ración de negruras campestres pasadas en esta ocasión por el filtro de Texas. Frío en julio trae a la memoria muchos buenos aromas. Tanto es así que su historia reúne al mismo tiempo dos o más películas diferentes en una, combinando una primera parte (y sensiblemente mejor) que es más bien policiaco árido y contundente, con otra segunda que intenta adentrarse a lo bárbaro en territorios crepusculares, a la cabeza el muy machote y maduro Don Johnson, detrás el veteranísimo Sam Shepard y el protagonista Michael C. Hall (la serie Dexter).


FRÍO_EN_JULIO_16 (1280x533)

FRÍO_EN_JULIO_6 (1280x533)


Cartel_FRÍO_EN_JULIO (896x1280)

 

FRÍO EN JULIO

Dirección: Jim Mickle.

Intérpretes: Michael C. Hall, Sam Shepard, Don Johnson, Vinessa Shaw.

Género: thriller. Estados Unidos-Francia, 2014.

Duración: 110 minutos.

 


 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.