Romano y superhéroe


“Corre allá abajo, muchacho / Entre esos destellos de azul / Corre en ayuda de toda la gente / De la humanidad”. No hay italiano nacido en los setenta que no reconozca la sintonía de Jeeg robot de acero. Este anime japonés triunfó en el país de la bota y es ahora un recuerdo de infancia colectivo para muchos adultos. Creada la serie por Gõ Nagai, célebre autor de manga y también papá de Mazinguer Z., su protagonista era el motorista Hiroshi Shiba, un joven que tenía la capacidad, atención, de transformarse en la cabeza de un gigantesco robot biónico. El director Gabriele Mainetti y el guionista Nicola Guaglianone han tomado ese sustrato emocional que atesoran desde edad temprana –llegaron al mundo en 1976 y 1973 respectivamente– como aliento para enfrentarse a una realidad donde las perspectivas, dentro de la periferia de una gran ciudad, Roma en su caso, solo apuntan hacia la criminalidad, la marginación y la derrota.

Los responsables de la insólita e indiscutiblemente singular Le llamaban Jeeg Robot emplean la premisa que formula M. Night Shyamalan en El protegido (2000), un ejercicio argumental por el cual una fantasía tebeística irrumpe gota a gota dentro de una historia de corte realista. ¿Qué sucedería si hubiera personas en la vida cotidiana que tuvieran o desarrollaran los poderes que poseen los superhéroes? La diferencia es que aquí la acción transcurre en la barriada romana de Tor Bella Monaca, y con los tratos entre la Camorra napolitana y el hampa capitalina como marco. ¿Se preocuparía por los demás un delincuente cuyo baño en residuos tóxicos ha otorgado unas capacidades sobrehumanas? Solo piensa que sí la chavala con trastorno psiquiátricos que cree reconocer en el sujeto al valiente Hiroshi Shiba.

A diferencia de la poco interesante Logan, una película grave y pesimista que adaptaba un tebeo de Lobezno al mismo tiempo que parecía rechazar, por complejos de no se sabe qué, su filiación al género de los superhéroes, este thriller recorre el camino inverso y introduce sin rubor lo fantástico en el interior de unos fotogramas que bien podrían pertenecer a la serie Gomorra (2014-) o al filme Suburra (2015). Lo mejor que se puede decir de Le llamaban Jeeg Robot es que no existe una propuesta igual y que deja unas sensaciones nunca experimentadas antes. Se debe a esa mezcla que permite conjurar la desesperanza a través de la fantasía popular incluyendo ideas como, por ejemplo, una tremebunda lucha a golpetazos fuera de lo humanamente posible, entre el protagonista y un boss de segunda, mientras se está jugando al lado el partido Roma-Lazio. El compromiso de Manetti y Guaglianone pasa por el mensaje que les llegó de niños: “Cuando llegue el mañana / solo tuyo será / Con tus poderes salvarás el futuro / De la humanidad”.



 

LE LLAMABAN JEEG ROBOT

Dirección: Gabriele Mainetti.

Intérpretes: Claudio Santamaria, Luca Marinelli, Ilenia Pastorelli, Stefano Ambrogi.

Género: thriller, fantasía. Italia, 2015.

Duración: 116 minutos.

 


 

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