Cosecha seriéfila 2016
Como parece que cada vez hay menos días en el año para colmar las ansias seriéfilas, despedimos la temporada de ficción televisiva con una selección (no exhaustiva sino puramente personal […]
Estrenos, críticas, comentarios de cine y algunas notas sobre las visiones
Como parece que cada vez hay menos días en el año para colmar las ansias seriéfilas, despedimos la temporada de ficción televisiva con una selección (no exhaustiva sino puramente personal […]
Como parece que cada vez hay menos días en el año para colmar las ansias seriéfilas, despedimos la temporada de ficción televisiva con una selección (no exhaustiva sino puramente personal -y cronológica-) de diez títulos destacados en este 2016. Os invitamos con ellos a recordar los buenos ratos pasados o (nuestras disculpas por adelantado) a hacer crecer esa lista, ya imposible, de asuntos pendientes.
En tiempos de abundancia, este año nos ha dejado una cosecha moderadamente buena de nuevas series y esperados regresos, y también algún que otro desengaño. Aunque cerramos el 2015 de luto por el impecable final de Mad Men y conmocionados con la segunda temporada de esa joya de la ficción trascendental que es The Leftovers, en 2016 no han faltado propuestas interesantes con las que llenar las conversaciones de sobremesa.
Así queda nuestro calendario de series del año:
AMERICAN CRIME STORY: THE PEOPLE V. O. J. SIMPSON
La pareja de guionistas (Scott Alexander y Larry Karaszewski) responsable de peculiares e imaginativos biopics como Ed Wood, El escándalo de Larry Flint o Man on the Moon, ha aterrizado este año en la televisión con su incisiva mirada sobre el juicio al jugador de fútbol americano acusado de matar a su exmujer, O.J. Simpson.
Una serie tan excesiva en su puesta en escena como lo son el plantel de personajes que la pueblan, encabezados por un Cuba Gooding Jr. que hace gala de un gran dominio de su gestualidad para componer a la estrella americana venida a menos. Recuperar a un efectivo David Schwimmer y a un Travolta de rostro acartonado pero convincente en su papel de pelele, es otro de los grandes atractivos de esta serie, que apunta con crudeza a las debilidades del sistema y a la peligrosa capacidad de manipulación de la opinión pública mediante la exaltación de los instintos.
HAPPY VALLEY -T. 2-
El regreso a los dominios de Sarah Lancashire, esa actriz inglesa capaz de aunar la comedia, el drama, la compasión y la fuerza con brutal seguridad, ha resultado de lo más satisfactorio. Con la misma habilidad con que se cerraron los cabos sueltos la primera temporada, la segunda ha recuperado el ambiente, los personajes y una trama policial ligada a la anterior pero sin recaer en la repetición de los esquemas.
La adictiva investigación sobre una serie de asesinatos, de la que de nuevo sabemos siempre algo más que la sargento de policía de este pequeño pueblo del norte de Inglaterra, sigue siendo solo excusa para diseccionar a algunos de los personajes más crudamente realistas del panorama televisivo actual.
EL INFILTRADO (THE NIGHT MANAGER)
Incluimos en nuestra lista esta mini-serie de espías basada en una novela de John le Carré, que nos ha permitido reencontrarnos con un Hugh Laurie en plena forma. Alejado del bastón del doctor House sigue infundiendo respeto entre el personal, esta vez como magnate sin escrúpulos y traficante de armas al que deberá camelarse Tom Hiddleston.
Interesante duelo interpretativo en medio de un gran despliegue de localizaciones internacionales, entre las que se cuelan unas cuantas españolas (además de un pequeño papel de Antonio de la Torre). Una mini-serie en la tradición del mejor cine de espías, dirigida por Susanne Bier, la primera mujer que ha sonado en las quinielas de Hollywood para ponerse al mando de una futura entrega de James Bond.
HOUSE OF CARDS -T. 4-
Y con la primavera, volvieron los Underwood. Los seguidores de las andanzas presidenciales de esta pareja capaz de cualquier cosa por aferrarse al poder, esperaban expectantes ante el cliffhanger lanzado al final de la anterior temporada: Claire abandonaba a Francis.
Sin duda, este ha sido el año clave para el portentoso personaje creado por Robin Wright. Aunque la trama se haya deslizado a veces por los escurridizos límites de lo folletinesco, esta temporada nos ha dejado grandes momentos dramáticos (con atentado y grupo islamista incluidos), nuevos personajes (la perfecta familia del candidato republicano) y un siempre agradable reencuentro con algunas de las grandes creaciones de la serie, como el perpetuamente desagradable asistente Doug Stamper.
JUEGO DE TRONOS (GAME OF THRONES) -T. 6-
Lejos del hartazgo, el tiempo parece correr a favor de Juego de Tronos, que a cada temporada aumenta en hype, en número de seguidores y en galardones. Este año, se ha coronado como la serie más premiada de la historia de los Emmy.
En la memoria colectiva, la sexta temporada quedará indefectiblemente unida al creciente carisma de Kit Harington, cuyo impertérrito John Nieve sufrió hasta el último momento en una de las batallas más angustiosas (con permiso de Hermanos de Sangre) y épicas de la historia de la ficción televisiva. Sin duda, el capítulo nueve de la sexta temporada es motivo suficiente para afirmar que los responsables de Juego de Tronos no dan muestras de agotamiento.
STRANGER THINGS
Pocos seriéfilos pudieron atravesar los calores veraniegos sin caer en las redes de la serie nostálgica del año, que aterrizó acompañada de un aura de fenómeno global. Pese a hallazgos interesantes, encabezados por la hipnótica fuerza de la jovencísima Millie Bobby Brown, en el papel de una misteriosa niña con poderes, Stranger Things no colmó las expectativas generadas.
La escasa profundización en unos personajes que solo jugaban la baza de la ternura y una trama de misterio que no daba para mucho más que una aceptable película de aventuras, distan bastante del nivel de desarrollo al que nos viene acostumbrando la ficción televisiva. Pero a juzgar por la profusión de productos que miran al pasado (Expediente X, Madres Forzosas o Las chicas Gilmore tampoco se han quedado atrás acaparando titulares este año), la nostalgia cotiza al alza. Habrá que esperar a 2017 para comprobar si el regreso de Twin Peaks sigue la senda conservadora o si verdaderamente nos sorprende, haciendo honor a su cualidad de serie que revolucionó el género.
MR. ROBOT -T. 2-
En las antípodas de la nostalgia, Mr. Robot regresó con su oda a los nuevos tiempos, visual y narrativamente entregada a la modernidad. Pero, si bien su primera temporada resultaba un soplo de aire fresco y presentaba un cuadro de personajes y de tramas del que siempre apetecía saber más, en esta segunda entrega la serie ha tendido a la reiteración de temas.
Con un avance poco significativo en la acción o la psicología del grupo de hackers que al parecer habían puesto en jaque el orden mundial (tampoco vemos especial desarrollo de las consecuencias de su mortífero ataque), la temporada parece contentarse con bucear en los recovecos de la mente del protagonista, con un giro final que bien pudo satisfacer a muchos pero que tampoco aportó grandes alicientes a la historia. Veremos si es un síntoma de fatiga o si se constituye más bien como una temporada puente, ante lo que esté por venir.
TRANSPARENT -T. 3-
El otoño ha podido saborearse este año en forma de ficción, con el siempre agridulce regreso de los Pfefferman, la familia más atípica y, sin embargo, cargada de realismo de la televisión (y casi me atrevería a decir del cine).
Desde un primer capítulo personal y evocador a un final de temporada a bordo de un crucero que navega sin pudor entre la melancolía y la ternura, la serie que encumbró al actor Jeffrey Tambor gracias a su impecable papel de padre transexual, ha vuelto a demostrar que los discursos visuales no están ni mucho menos agotados y que la pequeña pantalla es un territorio fértil para la creatividad.
CRISIS IN SIX SCENES
El propio Woody Allen ha utilizado su irrupción en la lucrativa industria de la televisión como material humorístico dentro de su primera trabajo para la pequeña pantalla, en el que da vida a un escritor y publicista que está a punto de presentar una teleserie. Una comedia de diálogos, muy al estilo del Allen más ligero, en la que caben hipocondría, ateísmo, revolución y hasta los Hermanos Marx.
Con estos seis episodios de algo más de veinte minutos, el cineasta neoyorkino no ha marcado ningún hito en su carrera, pero resulta gratificante (al menos para sus seguidores) reencontrarse con el Allen actor, todavía en forma y capaz de formar tándem con un icono de la generación millennial como Miley Cyrus.
BLACK MIRROR -T. 3-
Despedimos el año televisivo con otro esperado (y afortunado) regreso. La serie que nos enfrenta a la vertiente más oscura de la evolución tecnológica sigue sin bajar el nivel. Con una temporada diversa y estimulante, Black Mirror mantiene su punto fuerte en la elección temática, siempre dotada, eso sí, de un fuerte vigor narrativo.
Conseguir un planteamiento original, no solo en las tramas sino también en las propuestas visuales, en cada uno de sus capítulos es una de las grandes virtudes de esta serie, que huye precisamente la serialidad para ofrecer algo más parecido a un conjunto de pequeñas películas que parecen buscar la instauración de un subgénero propio. Una muestra más de la versatilidad del medio para acoger nuevas propuestas.