Si hubo una película que impactó a prensa y público por igual en la pasada edición del Festival de San Sebastián, esa es Más allá de las montañas (Mountains may […]
Si hubo una película que impactó a prensa y público por igual en la pasada edición del Festival de San Sebastián, esa es Más allá de las montañas (Mountains may depart). Fue, de hecho, la ganadora del Premio del Público. No se podía esperar menos de un director que confirma en cada nuevo estreno el talento y la pasión que aún tiene por ofrecer. Desde que ganase el León de Oro en el Festival de Venecia por Naturaleza muerta, Jia Zhang-ke ha sido uno de los imprescindibles en los festivales internacionales y un nombre que hay que seguir con lupa, porque aún tiene mucho, mucho que decir.
Esta semana estrena en España la película, que se construye como un viaje a través de tres épocas distintas de la mano de una brillante Zhao Tao, que representa ese nexo de unión entre la China tradicional y la invasión de occidente, sobre todo a partir de la globalización de internet. En Más allá de las montañas se combinan con apabullante lucidez la originalidad formal, las reflexiones sociales y la música de los Petshop Boys. Con Zhang-ke hubiéramos estado horas y horas, y su último film lo merece y lo necesita, pero las condiciones de un festival (y de un medio pequeño como el nuestro) son las que son. Aun así, a través de estas preguntas nos adentramos un poco más en las entrañas de una de las cintas más interesantes que pisarán este año las pantallas españolas.
Lo primero que llama la atención es que los títulos no están al inicio, como suele ser normal, sino que tiene un prólogo muy amplio, y luego están los títulos. ¿Por qué decidió hacerlo así?
La decisión surgió durante el proceso de montaje. Normalmente, una vez terminada la película, se hace el montaje desde el principio y ese momento ya puso el nombre en el inicio. Pero cuando ha transcurrido la primera parte, la protagonista ya ha tenido hijos, así que decidí colocar el título ahí, porque ya habían transcurrido 15 años y entrábamos en una época distinta. Ese momento era el más adecuado para colocarlo. Cuando hacía el montaje, mi montador me preguntó: “¿Qué sensación quieres generar con el montaje?” Y le contesté que quería conseguir la emoción de cuando estamos en un momento de euforia y de cuando estamos en momentos de tristeza, esa sensación de tener las manos frías. Quiero tener esa sensación de la vida.
También llama la atención que tenga tres formatos, que corresponden a las tres etapas de la película. ¿Qué quería expresar con estos cambios?
Después de terminar de escribir el guion, fui a buscar material, para buscar información de cómo era el año 1999. Desde ese año he estado rodando de forma esporádica imágenes con las que no he hecho ningún tipo de montaje. Se han quedado ahí guardadas. Así que revisando el material del año 1999 para ver cómo eran aquellas personas, cómo vestían y cómo eran las calles que transitaban, vi que había utilizado la cámara DV y seguí con la lógica de la imagen de aquel año. Por eso he utilizado un formato 1,33, para encajarlo en el escenario donde encontré estos materiales. Entonces, como la segunda parte es ya en 2014, el formato ha cambiado, y ahora es 1,85. Así que decidí hacer toda la segunda parte con ese formato rectangular. Al final, como en las dos primeras partes había ido cambiando el formato, decidí hacerlo también en la tercera.
¿Cuáles son las claves a lo largo de las tres etapas? En la película nos habla de la importancia del destino, la importancia del tiempo, en el paso y la evolución de su personaje.
Hay dos aspectos importantes que he querido destacar en esta historia. El primero es la relación entre el tiempo y el sentimiento. Con el paso del tiempo, los sentimientos cambian y se vuelven distintos a lo que eran. El tiempo nos enseña cómo son realmente nuestros sentimientos, que se transforman según la época de nuestra vida. Y el segundo es el valor del consumismo, el creer en el dinero por encima de todo. ¿Cómo nos afecta esto en nuestros sentimientos? Porque son algo muy personal y profundo. Hoy en día, con estos valores consumistas, ¿cómo nos está afectando? En uno de los escenarios de la película, cuando la protagonista pide el divorcio, toma la dolorosa decisión de que el niño se quede con el padre. Y toma esa decisión solamente porque el padre es más rico y piensa que con el dinero el niño vivirá mejor y tendrá mejor educación, pero esto le causa una pérdida muy grande. Esta relación entre el dinero y el sentimiento es muy doloroso y me hace pensar mucho.
Jia Zhangke / Xavier Torres-Bacchetta
¿Cree que la tecnología, como apunta en la película, eclipsará las necesidades reales del ser humano?
Realmente ya nos está afectando mucho, no hay que irse necesariamente al futuro (Ríe). He fijado el año 1999 como comienzo de la película porque precisamente nos marca un año después de la aparición de internet, pero unos años antes de que empiece a popularizarse. A partir de ese año también se construyeron muchas más autopistas, entre otras cosas, así que es un año que marca un avance de nuevas tecnologías, especialmente en las de la comunicación. Las nuevas tecnologías nos han facilitado mucho la vida, pero al mismo tiempo nos han quitado el tiempo que dedicábamos a las relaciones entre las personas. Por ejemplo, en China, si vamos a cenar después de estar mucho tiempo sin vernos, al traer la comida cada uno sacará su móvil para fotografiar los platos y subir las fotos a Instagram. Y haciendo eso no hemos dedicado tiempo a hablar entre nosotros y ver qué tal nos va la vida. En frente de un paisaje tampoco estamos escuchando el sonido de los pájaros, ni admirando el paisaje, lo que hacemos es sacar una foto y subirla a las redes sociales. En una de las escenas de la película, cuando la protagonista lleva su hijo a Shangái, elige el tren más lento. El niño le pregunta por qué y la madre le responde que es para estar más tiempo con él. Quizás hemos perdido el tiempo que antes dedicábamos a escuchar y a hablar con la gente de nuestro entorno.
Hay dos canciones que suenan hasta en tres ocasiones a lo largo de la historia: Go west, de los Petshop Boys, y una canción cantonesa. ¿Una representa la invasión de lo occidental en China y otra los valores tradicionales?
No es así. Personalmente, la canción de Go west es una memoria, un recuerdo de su generación. Seguramente, cada joven de diferentes épocas tendrá sus canciones. He utilizado esa canción específicamente porque era muy popular a finales de los 90 y los jóvenes la bailaban mucho en las discotecas. A medianoche, los DJs siempre la ponen, y todas las personas se cogen de los hombros unos detrás de los otros para bailar. Es un recuerdo de juventud. Si esta canción hubiera aparecido en 1979, cuando China aún no se había abierto al mundo, no hubiera tenido tanta influencia, porque es una cosa extranjera, de occidente. Pero claro, apareció en el 99, y era un momento idóneo.
La etapa final se desarrolla en un futuro hipotético en Australia. En su opinión, ¿cómo será China en este futuro?
La historia de la película se ha centrado en Australia, pero lo que retrato allí será la tónica general de todo el mundo. He elegido Australia porque en los últimos años hay muchos emigrantes chinos, personas que, por ejemplo, han salido del país para estudiar o aprender. También hay otro tipo de emigrantes de clase baja que quiere ir a buscar una vida mejor. Y por último, los que más se ven estos últimos años, son de clases medias que tienen un sentimiento de peligro por el problema de contaminación, de alimentación… Esto les hace emigrar fuera de China.
¿Qué le gusta del cine español?
Obviamente, me gustan los directores como Almodóvar, pero lo que más me ha gustado últimamente es un documental de una directora española cuyo nombre no recuerdo ahora mismo. Hablaba de la vida de los aldeanos de las montañas.
Un toque de violencia no se estrenó en China. ¿Esta sí?
Con esta película no habrá problema, como con algunas de las anteriores. Se estrenará el 30 de octubre.
Jia Zhangke y Zhao Tao / Xavier Torres-Bacchetta
Entrevista realizada en septiembre de 2015, durante la 63 Edición del Festival de San Sebastián
Agradecimientos a Jia Zhang-ke y a Golem Distribución
Fotografías: Golem Distribución y TheStar.com (cabecera)