Todo el dinero del mundo (All the Money in the World)
Los ricos también lloran Tomás Cuadrado Pescador Aquel que se acerque a ver la última película de Ridley Scott tendrá en mente alguna o varias de las obras maestras del […]
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Los ricos también lloran Tomás Cuadrado Pescador Aquel que se acerque a ver la última película de Ridley Scott tendrá en mente alguna o varias de las obras maestras del […]
Aquel que se acerque a ver la última película de Ridley Scott tendrá en mente alguna o varias de las obras maestras del director británico convertidas ya en clásicos de los géneros más dispares: Alien, el octavo pasajero, Blade runner o Thelma y Louise. Y quien así se aproxime a Todo el dinero del mundo (es decir, todo hijo de vecino) puede acabar preguntándose qué necesidad tenía ese hombre de hacer una película como ésta, tan por debajo de las posibilidades de quien lo ha logrado casi todo a lo largo de más de cuarenta años de carrera cinematográfica.
La historia trágica de un secuestro (y más aún el del nieto del hombre más rico del mundo) podría contener, en principio, los ingredientes necesarios para hacer de ello un producto cinematográfico altamente comercial (como se logró con Gladiator), o bien un gran thriller psicológico, o uno de suspense más bien policíaco. El problema de Todo el dinero del mundo es que pretende ser todo eso a la vez, tejido además sobre el drama de miserias familiares con su buena dosis de moralina final: esa exaltación última del poder redentor del amor materno frente a la corrosión del dinero que permea todo el filme. Y claro, todo ello embutido en un largometraje de algo más de dos horas acaba siendo un poco demasiado.
La mayoría de los personajes están dibujados con un trazo más bien grueso, e incluso caricaturesco, por mucho que estén basados en reales: así los malvados y torpes secuestradores italianos; o el personaje del abuelo multimillonario (Christopher Plummer) que recuerda demasiado al tío Gilito; o el interpretado por Mark Whalberg haciendo de gran héroe americano (tipo duro pero sensible) capaz de enfrentarse a los mafiosos calabreses de la ´Ndrangheta. Sólo el de la madre coraje (Michelle Williams) tiene la suficiente verosimilitud como para enganchar emocionalmente al espectador desde ahí, si es que era ello lo que se buscaba. Porque si bien la película mantiene con cierta solvencia el ritmo narrativo (todo hay que decirlo) la historia que nos cuenta, a fuerza de querer abarcar mucho, termina por apretar poco. Y sugiere la idea inevitable de si no habría sido mejor, para contarla en toda la complejidad a la que aspira, el fecundo formato de serie de televisión.
TODO EL DINERO DEL MUNDO
Dirección: Ridley Scott
Intérpretes: Michelle Willias, Christopher Plummer, Mark Walkberg
Género: drama. Estados Unidos, 2017
Duración: 132 minutos