Muerte del cine

Cristina Aparicio Miranda


En 2004, el taiwanés Tsai Ming-liang componía una particular elegía visual al filmar los últimos instantes de un viejo cine de Taipei en Good Bye, Dragon Inn. Construida a partir de largos planos estáticos, la cámara registraba las distintas estancias del cine donde la ausencia de diálogos se compensaba con el sonido de la película proyectada y los ruidos que el propio edificio produce, quizá, por el mal estado en el que estaba. Una operación similar es la que realiza Luis Macías en los primeros minutos de 25 Cines/seg, su último trabajo. Una sucesión de imágenes fijas muestra elementos icónicos de los restos de lo que, alguna vez, fue un cine: tiras de celuloide fundido, bobinas descompuestas por el suelo, un enorme proyector oxidado, un patio de butacas mohoso y sucio, un piano destartalado. Tras un abrupto corte, sobre un fondo negro la voz del realizador procede a la lectura del contrato que será el germen de la cinta. Concebida como filmación que debía retratar el abandono de las salas de cine, un conflicto con la productora tuvo como consecuencia un viraje argumental, que no se apartaba de las reflexiones que Macías proponía: la dificil relación entre industria y arte, y la manipulación e intervención capitalista como verdaderos responsables del abandono (o muerte) del cine.

Contra la ambición económica y empresarial, la voluntad artística del autor se impone por encima de los intereses capitalistas de la productora, dando voz a aquellos que alguna vez tuvieron relación con los cines abandonados que filma. Las imágenes de la cámara que recorre las ruinas se combina con las imágenes de los testimonios de extrabajadores (lugareños) que rescatan de la memoria las emociones que suscitaba en ellos el contacto con el séptimo arte. La destreza del cineasta radica en la capacidad que muestra para saber conjugar esa nostalgia con la indignación que producen los mensajes amenazadores que una contrariada productora deja en el contestador del propio Macías por desacuerdos legales.

Mientras en pantalla se observa la demolición de las salas, los mensajes telefónicos convierten a 25 cines/seg en la evidencia del desprestigio del cine como arte cuando este es entendido como negocio. Pero sobre todo, la cinta supone la prueba visible de que la magia del cine aún perdura incluso en el más desolado de los patios de butacas, en aquellos que son capaces de reconocer el poder ensoñador de las películas, y sobre todo en aquellos que, dispuestos a desafiar el mercado, encuentran las vías para convertir la injusticia en arte.



 

25 CINES / SEG

Director: Luis Macías

Género: documental. España, 2017

Duración: 40 minutos

 


 

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